El Eibar solo cumplió uno de sus dos objetivos en Santander. Pese a haberlo pasado mal en la primera media hora, claramente dominada por el Racing, y en los minutos finales por el arreón a la desesperada de su rival, el gol de Puertas en el 27 le dio alas y el equipo armero acabó mejorando ostensiblemente la imagen que ofreció seis días antes en su debut liguero. Pero ni eso ni el gol de Carrillo, que amplió distancias en la reanudación, le bastaron para ganar porque el Racing neutralizó su desventaja en los diez últimos minutos.

Mérito de los locales el tanto de Suleiman y demérito del equipo arbitral el segundo, que anotaba Andrés Martín en el descuento anotando un penalti que invita a pensar que los defensas tendrá que arrancarse los brazos para jugar tranquilos. Porque Carrillo lo tenía totalmente pegado al cuerpo cuando le golpeó un remate de Karrikaburu desde la frontal. Así debió entenderlo Sánchez Villalobos en directo pero a instancias de sus compañeros de la sala VOR, repasó la jugada y acabó señalando el punto de penalti.

Una pena porque ya ha compromado el propio Eibar lo que puede llegar a suponer un solo punto pese a que en la temporada se disputan nada menos que 126. Y porque ese error dejó sin premio un partido con muchos aciertos, también en lo personal. Lo tuvo Puertas con un golazo en su primer partido como titular; Magunagoitia, que ya en la primera parte salvó un par de ocasiones claras y en la segunda hizo el paradón de la jornada ante un remate a bocajarro de Saúl; o Corpas con una gran asistencia.

El equipo en su conjunto, en realidad, por muy mal que lo pasara en los primeros 25 minutos con un Racing rabioso, fue a degüello. Los armeros acertaron a la segunda, con un cañonazo imparable de Puertas, y el partido quedó en manos del Eibar. También en la reanudación, que comenzó con un balón al palo de Jorge Pascual y el 0-2 de Carrillo.

José Alberto metió dinamita, el Racing apretó con intensidad creciente, Suleiman recortó distancias en una acción con cierta fortuna y el penalti colmó el jarro de agua fría.