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EL INFIERNO EN GAZA INCENDIA ORIENTE MEDIO

Calma tensa en la frontera mientras Israel apunta al hospital Al-Aqsa

Israel, que desde el inicio de la brutal ofensiva sobre la Franja de Gaza ha tenido en su mira a hospitales y personal médico -torturado por las tropas israelíes, según HRW-, sigue golpeando al sector sanitario. Ayer ordenó evacuar el hospital de los Mártires de al-Aqsa en Deir el-Balah, mientras se impone una calma tensa en la frontera israelo-libanesa tras la escalada del domingo.

Una mujer llora la muerte de dos hijos y de varios familiares más en el hospital Al-Aqsa, en Deir el-Balah. (Saher ALGH | CONTACTO)

Cientos de pacientes huyeron ayer del hospital Al-Aqsa de Deir el-Balah, ciudad colindante con la zona calificada de «humanitaria» por Israel y donde sus tropas terrestres se encuentran combatiendo, después de que el Ejército sionista ordenara su evacuación instando a sus ocupantes a abandonarlo, sin que sepan a donde dirigirse ya que no hay lugar seguro en la Franja de Gaza. Una explosión a unos 250 metros desató el pánico y muchos abandonaron el hospital, indicó Médicos Sin Fronteras (MSF), mientras las tropas sionistas continuaron sus matanzas en el enclave.

De los 650 pacientes que tenía el hospital, al que MSF brinda apoyo, solo 100 permanecen en él, de los cuales siete se encuentran en unidades de terapia intensiva. «MSF está considerando la posibilidad de suspender por el momento la atención a los heridos, mientras intenta mantener el tratamiento vital», aseguró.

Tras la incursión terrestre en Deir el-Balah iniciada la semana pasada, el Ejército israelí declaró el domingo que varios barrios de la ciudad son ahora «peligrosas zonas de combate» y ordenó nuevas evacuaciones de civiles.

En los últimos días, más de 100.000 habitantes de esa ciudad han sido desplazados, reduciendo aún más la estrecha y hacinada zona considerada «humanitaria» en la que se refugian la mayoría de los cerca de dos millones de desplazados que ha dejado la guerra en el enclave palestino.

Desde el inicio de la criminal operación militar israelí en octubre del año pasado, el «área humanitaria», supuestamente segura para civiles, se ha reducido de 230 km2 (63% de la superficie de la Franja de Gaza) a 35 km2, (equivalente al 9,5% del territorio gazatí), según las autoridades locales.

Deir el-Balah se había librado hasta ahora de los combates, aunque no de los ataques aéreos, y era un importante punto de refugio para los palestinos y centro de operaciones para las organizaciones humanitarias.

TORTURAS AL PERSONAL SANITARIO

Desde octubre, el sector sanitario ha estado en el punto de mira del Ejército israelí, ya sean hospitales, ambulancias o personal médico. De hecho, según constata una investigación de Human Rights Watch (HRW) dada a conocer ayer, tropas israelíes abusaron, maltrataron y humillaron a médicos, enfermeras y sanitarios palestinos arrestados durante esta ofensiva, en ocasiones causando su muerte.

«El maltrato del Gobierno israelí a los trabajadores sanitarios palestinos ha continuado en la sombra y debe cesar de inmediato», reclamó HRW. «La tortura y otros malos tratos a médicos, enfermeras y sanitarios deben investigarse y castigarse adecuadamente, incluso por la Corte Penal Internacional», añadió.

Según la investigación, basada en entrevistas a ocho miembros del personal sanitario liberados, estos recibieron malos tratos en centros de detención, como palizas, abusos -incluidos sexuales-, falta de asistencia médica o tener los ojos vendados durante días enteros, entre otros. Los ocho fueron arrestados sin cargos entre siete días y cinco meses, la mayoría detenidos en su lugar de trabajo durante el asedio israelí a los hospitales.

Entre esos casos se encuentran las muertes del doctor Adnan al-Bursh, cirujano y jefe de ortopedia del hospital Al-Shifa, fallecido el 19 de abril bajo arresto en la prisión de Ofer, en la Cisjordania ocupada; y la del médico Eyad al-Rantisi, director de un centro de salud para mujeres en el hospital Kamal Adwan, de Beit Lahia, muerto en noviembre mientras era interrogado por el Shin Bet (servicio de Inteligencia interior).

Desde hace diez meses, el Ejército israelí ataca ferozmente por aire, tierra y mar todo el enclave palestino, con incursiones terrestres puntuales en las principales ciudades. Actualmente, las tropas terrestres se centran en Deir el-Balah y Jan Yunis, en el sur.

En más de 10 meses, la ofensiva israelí ha causado al menos 40.435 muertos -al menos 35 en las últimas horas-, más de 93.468 heridos y unos 10.000 desaparecidos enterrados bajo los escombros. A esto se suman 1,9 millones de desplazados -casi el total de la población-, que sobreviven a una crisis humanitaria sin precedentes, con una destrucción generalizada de la infraestructura, el hacinamiento en zonas paupérrimas, el colapso de los hospitales y el brote de epidemias en medio de la escasez de agua potable, alimentos, medicinas y electricidad.

REBAJA EN LA ESCALADA

Mientras, la frontera entre Israel y Líbano amaneció ayer en relativa calma, después de la escalada del domingo, en la que Israel envió cien aviones a bombardear el sur del país poco antes de que Hizbulah lanzara 340 proyectiles contra once instalaciones militares para despistar a las defensas antiaéreas y facilitar el paso de drones hacia el objetivo principal: la base de Inteligencia militar en Gilot, a las afueras de Tel Aviv. El partido-milicia chií quiso vengar así la muerte de su máximo comandante, Fuad Shukr, ocurrida el 30 de julio en un bombardeo en Beirut.

Israel aseguró haber frustrado la operación a gran escala de Hizbulah, cuyo líder, Hassan Nasrallah, dijo que se produjo al menos un impacto.

La respuesta de Hizbulah se esperaba desde hace un mes. Lo mismo que se espera por parte de Irán después de que Israel matara en Teherán al líder de Hamas, Ismail Haniyeh, el pasado 31 de julio, mientras las negociaciones para alcanzar una tregua en Gaza siguen estancadas. El principal escollo es la permanencia de las tropas de Israel en los corredores de Filadelfia -frontera entre Gaza y Egipto- y Netzarim -que divide el enclave palestino por la mitad-, que Hamas y Egipto rechazan.

El movimiento palestino insiste en implementar lo ya acordado en vez de negociar de nuevo una propuesta revisada en función de los intereses de Tel Aviv, en referencia al borrador que aceptó el 2 de julio, a partir de una propuesta presentada en mayo por el presidente de EEUU, Joe Biden, que incluía el fin de las hostilidades y la retirada total de las tropas israelíes de Gaza en una segunda fase.

Irán, que ha señalado que no responderá por la muerte de Haniyeh si se logra un alto el fuego, reiteró ayer que apoyará cualquier acuerdo que Hamas acepte en las negociaciones en Doha, en las que en estos momentos no participa.



Asociaciones de periodistas piden a la Unión Europea romper relaciones con Israel

Sesenta organizaciones de periodistas y derechos humanos instaron ayer a los dirigentes europeos a romper el Acuerdo de Asociación UE-Israel y les exigieron que tomen medidas para depurar responsabilidades por la muerte de más de cien informadores y por los crímenes de guerra cometidos en la Franja de Gaza.

Entre esos sindicatos de periodistas y otras asociaciones de distintos países europeos están, además del Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ), la Federación Europea de Periodistas (FEP), el Instituto Internacional de Prensa (IPI), Reporteros sin Fronteras (RSF), el Centro Europeo para la Libertad de Prensa y de los Medios de Comunicación (ECPMF), Human Rights Watch (HRW), la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH), la Fundación Daphne Caruana y sindicatos de periodistas de los países de la Unión Europea (UE) y aspirantes a entrar.

En una carta enviada al alto representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell; al vicepresidente ejecutivo de la Comisión Europea, Valdis Dombrovsky, y a los ministerios de Asuntos Exteriores de todos los Estados miembros de la UE, piden a Bruselas que suspenda el Acuerdo de Asociación que desde 2000 mantiene con Israel porque «ha violado los derechos humanos y el derecho penal internacional» y, por ello, reclaman sancionar a los funcionarios y otras personas que sean responsables «de los crímenes de guerra cometidos por Israel y de las reiteradas violaciones del derecho internacional»

En la misiva, escrita a iniciativa del Comité para la Protección de los Periodistas, se denuncian «los abusos generalizados y sistemáticos», que han cometido «las autoridades israelíes en Gaza, Cisjordania, Israel y otros lugares». Alertan de que el Gobierno sionista ha tomando «medidas sin precedentes para restringir la libertad de los medios, que han dado lugar en la práctica al establecimiento de un régimen de censura». Reclaman que se levante el bloqueo a los periodistas internacionales, israelíes y palestinos para entrar en la Franja de Gaza, que se revoque la legislación que permite cerrar medios extranjeros, se libere a los informadores palestinos en detención administrativa o recluidos sin cargos y se proteja la vida de los profesionales de la información. GARA