Wout Van Aert brilla como flautista de Hamelin para imponerse en Baiona
El flamenco de Visma sumó su tercera victoria de etapa en esta Vuelta, siendo además quien provocó la fuga principal, la criba antes de ascender el Alto de Mougás y superar fácilmente al sprint al francés Quentin Pacher. El pelotón decidió no arriesgar.
Después de diez etapas en esta Vuelta 2024, Wout Van Aert ya suma tres primeros puestos, dos segundos y un tercero. A nadie sorprende que lleve el maillot de líder de la regularidad, pero en la jornada de ayer, posterior al primer día de descanso, el ciclista flamenco de Visma brilló como flautista de Hamelin, haciendo bailar al pelotón y a sus compañeros de fuga al ritmo de su música, bien fuera cuesta arriba, cuesta abajo, en llano o al sprint. No solo se impuso en la meta de Baiona, sino que dio una lección de cómo correr en un recorrido en principio más apropiado para una clásica.
Se esperaba, por otro lado, algún movimiento más en el pelotón de los líderes, pero salvo un par de amagos, nada de nada. Obvio que los líderes guardaron fuerzas para otras jornadas con un recorrido que debe establecer las diferencias en la general. Pero es que con la fuga estabilizada, el Red Bull Bora de Primoz Roglic amagó con azuzar el avispero en los primeros kilómetros de la ascensión al Alto de Mabia, pero pronto desistió de sus intenciones. Otro tanto se puede decir sobre el movimiento del Education First mediado el Alto de Mougás, pero ningún nombre propio de peso acusó ese estirón.
«Ha sido lo previsto, pelear por la fuga. Todos estábamos pensando en las próximas dos etapas, que se puede intentar hacerle perder tiempo a Ben O’Connor», apuntó en meta Mikel Landa a este respecto, añadiendo que, a efectos clasificatorios, «desde mañana -por hoy, salida y llegada en el Campus Tecnológico Cortizo de Padrón, un recorrido pestoso de 166,5 kilómetros- se podrá ver algo».
DOMINADOR TOTAL
Por ende, la etapa se convirtió en una convencional jornada ideal para cazadores de etapas. Sin muchas más opciones para ganar al sprint, Van Aert se puso el disfraz de clasicómano y empezó a mover la carrera, en un arranque típico «a palos» hasta que el quinteto formado por Wout van Aert (Visma), Marc Soler (UAE), William Junior Lecerf (T-Rex), Juri Hollman (Alpecin) y Quentin Pacher (Groupama) lograba hacer hueco, con el permiso de un pelotón generoso en el que el líder Ben O'Connor tuvo más que suficiente con ir a rueda y atento para evitarse sustos y disgustos.
Y así, con el pelotón corriendo con el bozal puesto, Van Aert pudo centrarse en controlar a sus compañeros de fuga para anotarse la etapa de Baiona dando un auténtico recital en el que sus compañeros bailaron a su son.
Solo el francés Quentin Pacher conseguido mantenerle la rueda a la estrella del Visma cuando este arrancaba en la meta volante de A Barroca, menos de un kilómetro antes de comenzar a subir el último puerto, el Alto de Mougás, de primera categoría, especialmente duro y peligroso incluso para Wout Van Aert en su tramo inicial.
El francés de Groupama se comportó con nobleza, entrando al relevo con Van Aert, mientras que por detrás, el trío compuesto por William Junior Lecerf (T-Rex), Juri Hollman (Alpecin) y Marc Soler (UAE), no fueron capaces de llegar a la altura del protagonista del día. En especial, cabe destacar el horror táctico de Marc Soler, sorprendido por el ataque en llano de Van Aert mientras perdía el tiempo con la excusa de agarrar un bidón en el coche de su equipo.
Mientras tanto, en el pelotón se conformaban con pasar la etapa sin males que destacar, Van Aert remataba a su compañero de fuga en un sprint en el que el ciclista de Visma tuvo todo el tiempo del mundo para celebrar su tercera victoria en esta Vuelta.