24 DIC. 2024 2004 Olentzero en Iruñea, tardes de ilusión... y represión «Olentzero aurrera», protesta frente al ayuntamiento de Iruñea en 2006. (Iñigo URIZ | FOKU) Ion T. BARRENA La llegada del carbonero sigue siendo una de las principales citas de la Navidad en Iruñea. Hace ya casi siete décadas de la primera aparición de Olentzero en la capital navarra. La prohibición en pleno franquismo marcó aquel inicio; en los primeros años del siglo XXI volvieron las trabas administrativas a lo que debía ser un momento mágico para toda la ciudad. «Varios lesakarras montaron en el camión uno de los olentzeros que había participado el 24 de diciembre de 1959 en el concurso de Olentzeros de Lesaka y lo llevaron hasta la Plaza de Toros de Iruñea, ese fue el primer Olentzero que salió en Iruñea» (GARA, 19/12/2016). La asociación Juventud de San Antonio había intentado años antes sumar al carbonero a la celebración, pero el gobernador civil prohibió su desfile: «Queda autorizada la referida caravana en la parte que se puede denominar religiosa, relacionada con el Misterio de Belén, sin que esta autorización sea extensiva a la salida de Olentzero, que aparte de no ser tradicional en esta ciudad, tal vez no encaje, por su carácter profano, en el total significado de la fiesta a celebrar». Las primeras trabas fueron superadas y Olentzero se convirtió en elemento imprescindible de la Navidad iruindarra. Hubo algún año convulso, como el de 1982, donde la Policía cargó contra la parte trasera del desfile de Olentzero, pero no sería hasta los 2000 cuando las autoridades volvieron a intentar arrinconar al carbonero. «Olentzero erasotua izateko zorian, Donibanen», se leía a una columna en GARA el 26 de diciembre de 2004. Era el primer eslabón de una cadena represiva que duraría hasta el final del mandato de Yolanda Barcina. El Ayuntamiento había solicitado fianzas a los organizadores de los Olentzeros de los barrios con el argumento de que se habían convertido en «manifestaciones de apoyo a ETA». Hubo quien no comulgó con esa exigencia, como es el caso del barrio Donibane. Ese año, La Policía española obligó a los asistentes a caminar por la acera y amenazó con cargas a los presentes. Los impedimentos se repitieron durante los próximos años. «Los Olentzeros de los barrios de Iruñea que se habían negado a pagar la fianza de 1.000 euros exigida por el Ayuntamiento se celebraron a pesar de los impedimentos de la Policía Municipal, cuyos agentes estuvieron realizando identificaciones de los organizadores» (GARA, 26/12/2005); «en algunos casos, la Policía Municipal también impidió que salieran carros, tractores, bueyes y otros componentes que forman parte del desfile del Olentzero». La intervención policial no fue óbice para que hubiera «una afluencia multitudinaria de vecinos a lo largo de todo el recorrido». En 2006 Iruñea vivía la cara y la cruz de Olentzero. En el centro se celebró el 50º aniversario de su primera llegada, vetada, a la capital; en los barrios seguían imponiéndose las trabas municipales. FRONTONES CERRADOS La Policía identificó a varias personas en Arrosadia y, en el caso de Iturrama, cerró el frontón López, donde estaba previsto que finalizara el desfile. En Sanduzelai, la Policía rodeó la bajera donde estaba guardado Olentzero, «los vecinos tuvieron que recurrir a otro carbonero ‘alternativo’» (GARA, 26/12/2006). Además, en la Txantrea «los municipales intentaron evitar la salida del desfile e identificar a varias personas. Después cortaron el camino por donde debía pasar y el desfile tuvo que buscar una ruta alternativa» (…) «Los mayores problemas fueron los de Donibane, y es que los agentes municipales trataron de identificar a los zanpantzar, tras la negativa de éstos, desenfundaron sus porras. Finalmente, gracias a la ayuda de varios vecinos, pudieron salir del local donde estaban». La crónica de GARA de aquel día finalizaba así: «Los agentes identificaron a cinco personas: tres de ellas porque ‘estaban vestidas de caseras’, otra por llevar un abrigo rojo -signo inequívoco de que participaba en el desfile- y otra por desfilar como músico». NORMALIDAD… Y PROHIBICIÓN El Pleno del Ayuntamiento de Iruñea solicitó en 2007 al Gobierno municipal que anulara las fianzas solicitadas a los organizadores de los Olentzeros de los barrios, y así lo hizo. Ese año, Olentzero desfiló con normalidad en todos los barrios, aunque hubo vigilancia policial en el caso de Donibane. La obcecación del consistorio comandado por Yolanda Barcina subió otro peldaño al año siguiente. En 2008 optó por la prohibición en los casos de la Txantrea, Donibane y Arrosadia. La previa de ese día rezaba así: «La coordinadora se retira de la organización de Olentzeros aunque confía en los vecinos»... … y los vecinos respondieron: «La prohibición de los Olentzeros en tres barrios de Iruñea no impidió su celebración. Al contrario, los vecinos de Arrosadia, Txantrea y Donibane arroparon de forma multitudinaria al popular carbonero, y todo a pesar de la ostentosa presencia policial» (GARA, 26/12/2008) La vigilancia policial durante estos años se tradujo en miles de euros en multas para los organizadores. En 2009 no hubo prohibición, pero si amenazas, «… en Arrosadia, en plena kalejira, la Policía Municipal llamó a los responsables de la organización para advertirles de que habían observado la presencia de fotografías de presos vascos. Además, les amenazaron con enviar el correspondiente informe a la Audiencia Nacional española, con todo lo que ello implica» (GARA, 26/12/2009). HASTA EL FINAL Barcina mantuvo el órdago con las asociaciones vecinales hasta el final. En 2010, últimas Navidades de Barcina como alcaldesa, el Consistorio implicó a la Guardia Civil y la Policía española en el conflicto; envió las solicitudes de permiso de cuatro Olentzeros a la Delegación del Gobierno español, afirmó que eran actos políticos. Fueron las FSE las que negaron tal cariz a los actos y no se dejaron ver en las kalejiras navideñas. El Ayuntamiento no cejó en su labor obstaculizadora y envió a la Policía Municipal a varios barrios y clausuró algunos colegios para evitar que los desfiles tuvieran un lugar donde finalizar. En junio de 2011, Yolanda Barcina cedió el testigo a Enrique Maya y UPN aprovechó el relevo en la Alcaldía para dejar atrás casi una década de impedimentos a Olentzero. Todavía hubo algún conato represivo en años posteriores, pero la normalidad se adueñó de la gran cita navideña de Iruñea, sobre todo con la llegada de Joseba Asiron a la Alcaldía, en 2015. No sería hasta 2023 cuando un alcalde de UPN recibiera de manera oficial a Olentzero. Fue uno de los últimos actos de Cristina Ibarrola como alcaldesa. Paradójicamente, ese año Ibarrola recibió a Olentzero, cuatro días después fue relegada de su cargo por una moción de censura y no pudo recibir en el Ayuntamiento a sus predilectos Reyes Magos. [2020] Josu Urrutikoetxeari elkarrizketa 2020ko abenduaren 24an argitaratu zuen NAIZek Mediabaskeko Goizeder Tabernak eta Iñaki Altuna orduan NAIZeko zuzendari zenak egindako elkarrizketa. Bi urte eta erdi pasatu ziren ETA desegin zenetik, eta urte bat Urrutikoetxea bera atxilotu zutenetik. Astebete lehenago aurrez herritarrentzat ezezaguna zen bideo baten berri ere eman zuen NAIZek. 2018ko maiatzaren 3an ETAren desegitea iragarriz entzun zen audioari irudia jartzera zetorren; Josu Urrutikoetxea zen, erakunde armatuaren azken adierazpena irakurtzen. Burgosko Prozesua izan zenean (1970) bi urte zeramatzan dagoeneko ETAn, eta bera izan zen erakunde armatuaren agurra iragarri zuena Marixol Iparragirrerekin batera. Josu Urrutikoetxeari Parisen egindako elkarrizketa publiko egin aurretik honen bizitzaren errepaso zabala jaso zuen NAIZek, ETAren beraren eta Euskal Herriaren gertuko historiaren kontakizuna da haren bizitza. «Si no se reconocen las cosas, no se pueden superar nunca» Paco ETXEBERRIA FRANQUISMOEn 1957 la salida de Olentzero fue vetada porque «tal vez no encaje, por su carácter profano, en el total significado de la fiesta»