Pierre Lemaitre: «Actualmente se está reactivando una nueva Guerra Fría»
Llega hoy a las librerías “Un futuro prometedor”, el tercer volumen de la saga de novelas protagonizada por la familia Pelletier a través de las cuales Pierre Lemaitre toma el pulso al devenir del siglo XX en el Estado francés. Ayer, en rueda de prensa, el autor habló de las conexiones entre nuestro pasado histórico y el momento actual.

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La cultura de la inmediatez en la que estamos inmersos nos hace perder de vista que muchos de los escenarios por los que transitamos en la actualidad ya fueron vividos por nuestros antepasados. Es la reflexión que centró buena parte de la conversación que Pierre Lemaitre mantuvo ayer con un nutrido grupo de periodistas para presentar su nueva novela, “Un futuro prometedor”.
A la hora de referirnos al legado, se impone en primer lugar hablar de la vigencia de un formato como el folletín, pues eso y no otra cosa es esta saga de novelas con las que, a través de las vicisitudes de los distintos miembros de una familia, su autor pretende contar lo que fue el siglo XX en Francia: «No hay nada más moderno que el folletín -manifiesta tajante Lemaitre al ser preguntado al respecto-. El hecho de que sea un tipo de narrativa que surgió en el siglo XIX hace que para muchos se trate de algo demodé pero ¿qué otra cosa son las series de televisión sino un folletín que busca perpetuar el interés del espectador temporada tras temporada? Me indigna tener que oír que algunos autores escribimos siguiendo la dinámica de las series de televisión cuando es justo al revés: esas series están desarrolladas según el canon literario decimonónico».
Cuando se le pregunta qué autores, dentro de ese canon, le han influido más para armar esta serie de novelas, Lemaitre afirma: «Emil Zola es un autor que siempre está ahí presente. Cuando lo releo me asombra la capacidad que tienen sus distintas novelas para dialogar entre sí. Eso me ha inspirado mucho, no tanto el alcance social de sus relatos sino todo lo referente a la construcción narrativa».
Del mismo modo, Lemaitre es consciente de que confrontando al lector con el pasado histórico resulta inevitable que este encuentre en ese pasado ecos de nuestro presente: «Francia es un país con un pasado colonial muy marcado y hoy estamos volviendo a escuchar discursos que beben de esa lógica colonial, discursos como los de Trump respecto de Canadá o Groenlandia o los de Putin con Ucrania».
Esta tercera entrega de la saga de los Pelletier está ambientada, en concreto, en los años de la Guerra Fría, una época que para el escritor francés se está reeditando en nuestros días: «Estamos volviendo a un escenario de tensión construido en torno a bloques hegemónicos y a ese régimen del terror que, en los años 60, se dio por la proliferación de armas nucleares. En cierto sentido, actualmente se está reactivando una nueva Guerra Fría».
De los distintos escenarios de conflicto por los que atraviesan los protagonistas de sus novelas, Lemaitre confiesa que le gustó especialmente escribir sobre lo que se refiere al derecho al aborto: «Yo soy parte de la primera generación de hombres feministas. En Mayo del 68 yo tenía 17 años y recuerdo como las primeras reivindicaciones de las mujeres fueron precisamente sobre el derecho a decidir sobre su propio cuerpo».
Esa mirada al pasado, no obstante, no está presidida en ningún caso por la nostalgia, una sensación que para Lemaitre es «una enfermedad que comienza a afectarnos a los que ya tenemos una edad y que, en muchas ocasiones nos hace perder de vista la realidad del mundo del que venimos hasta el punto de idealizarlo peligrosamente».
Algo contra lo que Lemaitre se rebela, del mismo modo que se rebela contra quienes consideran que en él conviven dos escritores, el afamado autor de novelas negras y el cronista de la Historia: «En uno y otro caso, mis herramientas como escritor son las mismas».