En la cima
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El número de asistentes, la presencia de públicos en los teatros, la cantidad de actividades corporativas, gremiales, formativas, la calidad media de los espectáculos programados son cuestiones que nos informan de una edición de la donostiarra dFERIA que ha dejado sorprendidos y satisfechos a propios y extraños. El viraje estratégico de mirar a las dramaturgias más arriba de los Pirineos, este año de países centroeuropeos, proporciona obras y montajes que colocan el listón de calidad y creatividad muy alto, a la vez que nos señalan algunos detalles de la situación de algunos creadores y compañías que trabajan con unos sistemas productivos y de distribución de los que deberíamos aprender y, si es posible, incorporar algunas de sus bondades para dar estabilidad y posibilidades de desarrollo a los creadores propios.
La sensación de euforia de los responsables del evento llega a plantearse que se ha llegado a una cima, un punto en el que es difícil avanzar más arriba, y volver atrás es descender. Toca reflexionar sin prejuicios y con la misma ambición qué se ha hecho para llegar a este punto tan excitante. Pero, sin olvidarse de la realidad en la que se produce, las circunstancias sociopolíticas y económicas, tomar las decisiones necesarias para mantener con rigor la calidad y las propuestas formativas y de mercado que forman parte del núcleo central de sus actividades. Toca aplaudir y celebrar. Y esperar acontecimientos. Todo es posible.