El Glorioso se ahorca con los cordones de sus botas ante el Rayo
Un gol en contra en el minuto dos, un penalti horriblemente ejecutado por Jordán y un segundo tanto encajado justo después de haber rozado el empate tumbaron al Glorioso que vuelve a arrimarse más de lo que hubiera deseado al abismo del descenso.

El Deportivo Alavés probó con éxito anoche una nueva forma de suicidio, como es ahorcarse con los cordones de sus botas. Por momentos, sobre todo en la primera mitad, fue notablemente superior a un Rayo Vallecano que, a falta de pan, supo hacer valer los errores de su rival. Dos goles a cada cual más inesperados y el penalti peor ejecutado de la temporada fueron la condena para el Glorioso, que al cierre de la edición rezaba para que el Leganés no puntuase contra el Real Madrid para no regresar así a puestos de descenso.
Mientras, la afición albiazul terminaba el partido, luego de llenar hasta arriba las gradas de Mendizorrotza, exigiendo la dimisión de la directiva al tiempo que la grada de Iraultza 1921 salía esgrimiendo bufandas con el lema «Aquí no se rinde nadie». A ese espíritu irreductible deberán apelar ‘Chacho’ Coudet y sus jugadores, porque el Glorioso no puede suicidarse más veces en lo que queda de campeonato. Si un rival supera al Alavés, que este al menos tenga la decencia de ser mejor que los gasteiztarras.
Pero es que no pudo haber empezado peor el encuentro de Mendizorrotza. Minuto uno, córner que botaba Unai López y cabezazo de Pathé Ciss que agarraba por sorpresa al recién retornado Sivera con un remate cruzado que superaba por encima al meta albiazul. Jarro de agua helada por el cogote albiazul en un Mendizorrotza abarrotado de aficionados ávidos de ver otro resultado de su Glorioso.
CRÓNICA DE SUCESOS
Poco faltó para que entre Guridi y Batalla hubieran firmado el empate cinco minutos después. El horripilante despeje de puños del guardameta rayista a un flojo cabezazo de Guridi se tropezó con el travesaño, y los posteriores rebotes terminaron con el balón paseándose por la portería vallecana, pero sin poder superar la raya de gol.
Se envalentonó el Glorioso y superada la frontera de los diez minutos, Tenaglia forzaba el penalti de la mano de Chavarría. Pero por desgracia, el lanzamiento a lo Panenka de Jordán se topó con un Batalla plantado en sus marcas, dispuesto a agradecer el detalle de la cesión del rematador albiazul. Nuevo jarro de agua fría para los de ‘Chacho’ Coudet, en solo diez minutos de margen.
Se embarulló el juego y Sivera pudo demostrar que por algo es el portero titular albiazul. Pero esa era una mala señal, ya que el error desde el punto fatídico dejó a los de Coudet sin fuerzas en las piernas, a pesar de competir razonablemente bien en esos 45 minutos, llevándose a la caseta un castigo excesivo.
Solo faltaba la puntilla. Guridi estuvo a punto de empatar con un cabezazo, pero Batalla se lució, y luego vino el horror. Un balonazo a la nada golpeó en la chepa a Tenaglia, que pecó al correr dándole la espalda al balón. El rechace le cayó a Pedro Díaz que se revolvió en la frontal del área para cruzar un derechazo lejos de Sivera, dándole al partido lo que en esencia fue el golpe de gracia.

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