Macrocentros de datos, agujero de consumo de agua y electricidad
Los macrocentros de datos son una necesidad derivada de la digitalización de la economía y se presentan como una alternativa para la instalación de nuevas industrias en un contexto de crisis de modelo. Sin embargo, se obvia su enorme consumo de agua y de electricidad y la escasa creación de empleo.

La digitalización de la economía obliga a consumir cada vez más datos en internet. Para ello, son necesarios macrocentros de datos, enormes naves repletas de equipos informáticos, que son las que dan soporte a la navegación, la actividad de las redes sociales, la inteligencia artificial o las retransmisiones por streaming, cada vez más habituales y presentes también en la actividad económica.
En un momento en el que se defiende como necesaria la puesta en marcha de nuevas industrias en un contexto de crisis, los macrocentros de datos se presentan como una alternativa posible, generalmente obviando que estas macroinfraestructuras tienen un consumo extremadamente elevado de electricidad y también de agua. Erika González, coordinadora estatal de Ecologistas en Acción, les llamó «macrogranjas de datos» en una mesa redonda recientemente celebrada en Zaragoza.
En Aragón, grandes multinacionales como Amazon o Microsoft han anunciado inversiones millonarias (40.000 millones de euros por parte de la multinacional de la compra a domicilio) a bombo y platillo para gran satisfacción de las autoridades locales. No ocupan tanta atención mediática aspectos como que, pese a la elevada inversión, no se crearán apenas puestos de trabajo, que los centros de decisión seguirán estando a miles de kilómetros o el desaforado consumo de agua y electricidad que supone la instalación de estas macroinfraestructuras.
Amazon, por ejemplo, acaba de reclamar que se le aumente en un 48% el consumo de agua en la declaración de la autorización ambiental de sus macrocentros de datos en Villanueva de Gállego, Huesca y El Burgo de Ebro, según informa Arainfo. Para ello, argumenta que «la exposición a periodos prolongados de altas temperaturas ambientales tiene un impacto inevitable y directo en el agua consumida por los centros de datos». Es decir, como hace más calor por el cambio climático se necesita más agua, un elemento que cada vez es más escasa debido precisamente a ese cambio climático.
Según una información publicada por el ‘‘El País’’, en el macrocentro de datos de Amazon de Huesca se ha consumido casi el doble de agua de lo que se le había concedido en la autorización ambiental. Ecologistas en Acción y el colectivo TuNubeSecaMiRío han destacado que este es el único macrocentro de datos del que se ha podido obtener información, pero subrayan que en los demás la situación podría ser similar, por lo que estaríamos ante un serio problema ambiental.
El consumo exacerbado de agua no parece una preocupación para el Gobierno de Aragón, que ha impulsado la llegada de estas macroinfraestructuras, dando todas las facilidades posibles para que se instalen. Su presidente, Jorge Azcón, llegó a decir que Amazon iba a devolver más agua de la que recogía. Como la multiplicación de los panes y los peces, pero con agua. Por si acaso, Azcón se quejaba de que los embalses de Esa y Mularroya están paralizados, obviando que uno lo está por los deslizamientos y el otro porque ha sido declarado ilegal por la Audiencia Nacional española. Su planteamiento es puro extractivismo, una de las lacras que han lastrado históricamente el desarrollo de Aragón y que algunos quieren exportar a otros territorios.
CONSUMO ELÉCTRICO
En Araba también existen proyectos para instalar macrocentros de datos. El denominado Bilbao-Arasur Data Center Campus, promovido por la socimi Merlin Properties, tiene previsto un consumo de energía anual de 2.628 GWh. Es prácticamente lo mismo que consume todo el herrialde de Araba actualmente, 3.000 GWh.
La mayor empresa de Araba, Mercedes, consume 200 GWh, es decir trece veces menos que el macrocentro de datos previsto en ese herrialde. Huelga decir que no trabajará una plantilla trece veces mayor que la de la factoría automovilística.
De hecho, los impulsores de parques solares ya están reconociendo claramente que estas instalaciones se destinarán al consumo de los macrocentros de datos. En una nota hecha pública el 18 de marzo, Solaria celebraba que ha consolidado un GW de demanda para conectar macrocentros de datos, una buena parte de ellos en Euskal Herria.
«Solaria ofrece un valor añadido a los potenciales clientes de data centers, ya que cuenta con un portfolio energético superior a los tres GW operativos y en construcción adicionalmente cuenta 1,1 GW de autorizaciones, y una infraestructura eléctrica privada que abarca casi mil kilómetros de redes, 97 subestaciones y 70 plantas fotovoltaicas. Este portfolio continuará creciendo hasta alcanzar 14,3 GW en 2028», destacaba Solaria, que también subraya que su propuesta «puede implementarse en un tiempo récord, ya que cuenta la potencia asegurada y las plantas, líneas y subestaciones para conectar estas instalaciones a la red de transporte, lo que le permite evitar varios años en el proceso de autorización».
Google ya ha cerrado acuerdos con proveedores de energías renovables para sus macrocentros de datos. La energía generada en el parque eólico de Cascante servirá, en exclusiva, por ejemplo, para alimentar los datos del buscador. Meta también tiene suscritos este tipo de contratos.
Aumentar la superficie destinada a energías renovables en perjuicio de tierras destinadas a la agricultura o a la ganadería para alimentar macrocentros de datos gestionados por multinacionales a miles de kilómetros es lo contrario de lo que exige un proceso de descarbonización. La dirección deseable sería reducir el consumo y que ese consumo tuviera origen sostenible. Pero si se aumenta el consumo exponencialmente falla la base del proceso.
El Gobierno de Lakua ha visto con buenos ojos este tipo de macroinfraestructuras. Recientemente, se conoció que quería más que duplicar la superficie destinada a fotovoltaicas en Araba central. El aumento de la demanda de energía por parte de los macrocentros de datos parece que puede estar detrás de este incremento.
LA DERECHA NAVARRA MIRA A ARAGÓN
En Nafarroa, de momento, no se han dado a conocer proyectos de este tipo. Sin embargo, existe una presión por parte de la derecha política y mediática para apostar por este tipo de inversiones. «Si en Aragón lo hacen, ¿por qué no en Navarra?», es el argumento que utilizan.
Así, Cristina Ibarrola, presidenta de UPN, destacaba en un tweet que «Microsoft invertirá otros 2.900 millones en un centro de datos en Zaragoza», añadía que «Aragón sigue atrayendo empresas, inversiones y generando empleo», y contraponía ante ello que «en Navarra, cierran empresas y hemos dejado de ser atractivos para talento e inversión».
Alejandro Toquero, vicepresidente de UPN y alcalde de Tutera, ha incidido también en este mensaje, subrayando una supuesta falta de competitividad de Nafarroa respecto a Aragón.
«Es que en Zaragoza lo están haciendo muy bien, van como un tiro. Mientras, en Navarra nos estamos quedando atrás, cada vez más», lamentaba una parlamentaria de uno de los partidos de la derecha navarra en una conversación en los pasillos de la Cámara.
Es el último capítulo de una crítica permanente a la política del Gobierno de María Chivite, debido entre otras cuestiones al «apoyo de EH Bildu», que está provocando «una fuga de empresas», que huyen de una excesiva carga fiscal frente a administraciones dirigidas por la derecha que benefician fiscalmente a empresas multinacionales.
Al margen de que recurrir al dumping fiscal suele ser una mala receta porque siempre hay alguien que tendrá unos impuestos más bajos, como un paraíso fiscal, la estrategia de reclamar inversiones de multinacionales para instalar macrocentros de datos puede ser pan para hoy y hambre para mañana, dejando detrás un territorio esquilmado.

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