Rebajar el nivel mínimo de la protección del lobo en la legislación comunitaria es lo que decidió ayer la Unión Europea. En un comunicado, el Consejo explicó que valida que el lobo pase de estar catalogado como «estrictamente protegido» a solo «protegido», lo que daría a los estados miembros más flexibilidad para gestionar las poblaciones de esta especie.

«El objetivo es ofrecer más flexibilidad en la gestión de las poblaciones de lobos en los distintos países de la UE, con el fin de mejorar la coexistencia y minimizar el impacto de la creciente población de la especie, incluidos los retos socioeconómicos», indicó el Consejo. El Estado español, Polonia y Bélgica se abstuvieron.

El cambio alinea la legislación comunitaria con una modificación del Convenio de Berna solicitada por la propia Unión Europea, que en septiembre pidió pasar el estatus de protección del Anexo II al III.

MENOS RESTRICTIVO

Bajo el Anexo II está prohibida cualquier forma de captura o muerte intencionales -lo que incluye la caza-, así como la destrucción o el deterioro de los espacios de reproducción o de las áreas de descanso. También lo está el comercio y detención de esta especie.

Pero con el Anexo III las cosas cambian, ya que la reglamentación sí que permite algunas de esas prácticas a condición de «mantener la existencia de esas poblaciones fuera de peligro». «Aunque los lobos ya no estarían bajo el estatus de especies estrictamente protegidas, los estados miembros deberían seguir garantizando su conservación favorable», señaló el Consejo.