Carlos GIL ZAMORA
Analista cultural

Los premios

Los premios en todos los ámbitos culturales crecen, como crecen los festivales y todo tipo de eventos. Es un mercando donde se valora la cantidad y la calidad, como el valor, se da por supuesta o se ignora por irrelevante. He tenido años en los que verbalizaba que mi auténtica profesión era la de jurado en diferentes premios de textos dramáticos, de espectáculos de calle, de premios con varios rubros promovidos por entidades municipales o estatales, una función que, dicho sea de paso, me ayudaba a mantener una idea muy global y directa de lo que se estaba haciendo en muchos ámbitos.

Sigo participando en algunos, pero con menos frecuencia. Las personas que confiaban en mí se han ido jubilando y los recién llegados tienen otras referencias generacionales y otras prioridades. En mi otra vertiente, como informador, he cubierto bastantes galas de los Max, donde, además, un grupo de críticos e informadores otorgábamos un premio directo. Es decir, soy un entendido en la materia y el pasado lunes se realizó la gala de los terceros Premios Talía que otorga la Academia española de las Artes Escénicas y estuve presente, esta vez en una función desconocida hasta la fecha, la de finalista por la librería Yorick que en el año 2011 nació online en Elorrio, se materializó en un local de Bilbo y desde hace más de una década está en Madrid. Y la verdad, por mucha distancia que se quiera aportar, se vive de una manera muy diferente.