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MUERTE DE IÑIGO CABACAS

La defensa de «Ugarteko» evidencia que faltan muchas imputaciones

Entre mañana y pasado declararán ante la jueza Ana Torres los cuatro ertzainas imputados hasta la fecha por la muerte de Iñigo Cabacas. Se trata de los tres únicos que admitieron haber disparado y el mando de su furgoneta. Sin embargo, los testigos declaran que hubo muchísimos más pelotazos que la docena reconocida por estos. Y, es más, la defensa de «Ugarteko» declaró que para cuando esta furgoneta cargó ya había constancia de un herido por un pelotazo.


Casi año y diez meses después de que ocurrieran los hechos, por fin empiezan a declarar ante la jueza los cuatro ertzainas imputados, por el momento, por la muerte de Iñigo Cabacas. Sin embargo, no son pocos los indicios que hacen pensar que es difícilmente sostenible que sean los únicos responsables del lanzamiento de pelotas de goma hacia la plazoleta de María Díaz de Haro. Es evidente que fueron muchos más los ertzainas que cargaron y -por lo que sostiene incluso la propia defensa pagada por Lakua- para cuando estos agentes cargaron ya había aviso de un herido.

La jueza Ana Torres ha citado para mañana a los agentes con número profesional 10.216 y 11.066, y para el viernes al 15.248 y el suboficial 5.351, que estaba al mando de la furgoneta.

Según el auto de 6 de noviembre de 2013, la instructora entiende que solo debe llamar como imputados a aquellos que por declaraciones previas consta que dispararon hacia la plazoleta y a su mando. La jueza determina que «sobre los momentos en que pudo producirse el disparo mortal», había «tres furgonetas frente al callejón». Sin embargo, solo los tres ertzainas citados, de una de esas furgonetas, reconocieron en sus declaraciones previas haber lanzado pelotazos.

La posibilidad de que solo dispararan tres agentes, que además aseguran haber realizado apenas unos cuatro pelotazos cada uno, choca de plano con las declaraciones de todos los testigos que hablan de una carga mucho más abundante.

La importancia de la hora

Pero hay también otro elemento que muestra que la acusación no se puede limitar a estos cuatro ertzainas. Cuando la abogada de la familia, Jone Goirizelaia, pidió la imputación de los mandos que ordenaron la carga y en concreto de «Ugarteko» -que desde la comisaría ordenó «entrar con todo»-, los letrados del Gobierno de Lakua alegaron que para cuando se profirió esa frase ya había constancia de que había un herido.

Según la defensa de «Ugarteko», esa afirmación se realizó a las 23.40.33, mientras que la primera llamada al 112-SOS Deiak indicando que a una persona le habían dado un pelotazo en la cabeza se produjo dos segundos antes, a las 23.40.31. Según los abogados de Lakua, para cuando se dio esa orden, Iñigo Cabacas ya estaba herido.

Pero este dato tiene una segunda lectura. De ser cierta esa afirmación, también para cuando los ertzainas imputados cargaron, Iñigo Cabacas ya había sido mortalmente golpeado por una pelota, que necesariamente tuvo que ser lanzada por otras dotaciones de la Ertzaintza. Es decir, en este caso faltan muchos imputados.

Según la secuencia de hechos que marca la grabación de las conversaciones entre la Comisaría de Deustua y las dotaciones de la zona de María Díaz de Haro, «Ugarteko» ordena una primera carga a las 23.33.41. Pese a que el responsable de la Patrulla 1 le dice que «aquí no se ve ninguna pelea», «Ugarteko», con número 3.316 -que según documentos oficiales corresponde a Iñaki Larrea- ordena que «con las cuatro furgonetas entren en la herriko y corten los incidentes». A las 23.36.08, «Ugarteko» comunica que, como había ordenado, «estamos cargando».

«Estamos aguantando»

Poco después, el suboficial 5.351, al mando de la Patrulla 2 y que el viernes tendrá que declarar como imputado, le informa a «Ugarteko» de que están en la zona, que tras las cargas anteriores están lanzando objetos, y que los miembros de su furgoneta -a la que pertenecen los otros tres imputados- «estamos aguantando la situación. Estamos en la calle María Díaz de Haro, pero sin intervenir».

A las 23.37.07 «Ugarteko» le ordena entrar a limpiar la zona, como habían sugerido, y a las 23.40.07 el ahora imputado suboficial 5.351 responde, aparentemente sin haber mandado cargar aún a sus hombres, que «la situación está controlada» y «ahora mismo no hay ningún altercado». Es entonces cuando se produce la ya conocida orden de «Ugarteko» de «entren con todo». Medio minuto después, se empiezan a escuchar los pelotazos de esa patrulla.

Dos testigos han declarado además que cuando se desata la carga en la que cae mortalmente herido Iñigo Cabacas -que se encontraba tranquilamente junto a un bar- no se había producido todavía ningún tipo de lanzamiento de objetos contra la Ertzaintza. Sin embargo, los tres agentes imputados, en su primeras declaraciones, coinciden en señalar que para cuando ellos salen de la furgoneta, ya se estaba produciendo ese lanzamiento.

Quienes asistieron a los hechos señalan que los pelotazos fueron muchos y disparados a la altura de las personas, lo que trasluce que todavía hay mucho por esclarecer.

A la espera de que esta vez aparezca el fiscal a las declaraciones

En la instrucción por la muerte de Iñigo Cabacas se produce un hecho paradójico: mientras el fiscal jefe del TSJPV realiza continuas declaraciones en los medios sobre la causa, la Fiscalía no acude a las diligencias que se practican.

El último ejemplo tuvo lugar el pasado martes, 21 de enero. Por la mañana, entrevistado en Radio Euskadi, el fiscal jefe, Juan Calparsoro declaraba que la actuación de la Ertzaintza la noche en la que hirieron mortalmente a Iñigo Cabacas, resultó «absolutamente improcedente», aunque advertía que ello no significaba que fuera delictiva.

Menos de dos horas después de que Calparsoro hablará así en público, estaba citado a declarar en el Juzgado Número 10 de Bilbo R.V.R., un testigo importante en la causa y que, según la abogada de la familia, Jone Goirizelaia, aportó datos e información interesante y novedosa para la instrucción. Sin embargo, en esa declaración no había ningún representante de la Fiscalía.

En esta causa hubo una primera fiscal que, según la familia, parecía interesarse por el caso, pero fue relevada a la semana por otra que ni acude a las declaraciones ni ha solicitado ninguna diligencia de prueba. I.I.