J. IGLESIAS MADRID

Las medallas del CEC, muy repartidas, llenan de incógnitas la carrera hacia los Goya

«Vivir es fácil con los ojos cerrados» con tres galardones, «Caníbal» con cuatro y «Stockholm» con otros tres fueron los filmes más reconocidos en la entrega de los premios decanos del cine estatal.

Cuando los Goya no existían, las medallas del Círculo de Escritores Cinematográficos (CEC) eran el máximo galardón del cine estatal. Con la instauración de los premios de la Academia, estos premios se convirtieron en una suerte de antesala de los Goya, aunque su ascendencia a la hora de determinar favoritismos siempre fue relativa, nada que ver con lo que se estila en Hollywood con una prensa fuertemente imbricada en la industria.

Aquí, al contrario, los informadores cinematográficos siempre han ido por libre, tanto es así que este año incluso han vivido una suerte de escisión y a las tradicionales medallas del CEC, con más de medio siglo de Historia, les ha salido la competencia de los Premios Feroz entregados por la Asociación de Informadores Cinematográficos. Sin embargo, en la práctica, tanto una como otra asociación de periodistas han acabado por reconocer los méritos de las mismas películas.

Si en los premios Feroz «Stockholm» fue premiada como mejor película, en los CEC se hizo con tres medallas, las correspondientes a Mejor Director Novel (Rodrigo Sorogoyen), Actor Revelación (Javier Pereira) y Actriz (Aura Garrido), quien recogió su premio entre lágrimas de emoción producto de la sorpresa, ya que todo apuntaba a que la ganadora sería Marian Álvarez por «La herida». La película de Fernando Franco, reconocida por el gremio de productores con el Premio José María Forqué como el mejor título del año, se fue de vacío en el reparto de las medallas del CEC, lo que unido a su derrota en los Feroz la ha hecho perder puntos precisamente entre sus máximos valedores: la prensa especializada. No obstante, sin la competencia de «Stockholm», «La herida» mantiene su favoritismo de cara a unos Goya donde se presume que, como pasó hace seis años con el triunfo de «La soledad», la Academia buscará el guiño cómplice hacia ese otro cine que, hoy por hoy, desde los márgenes de la industria (que no desde fuera de la misma, como a menudo se dice), mantiene el prestigio crítico de una cinematografía empeñada en encontrar ese espacio de equilibrio entre arte y explotación que la defina en medio de un escenario plagado de incertidumbres.

A ese escenario se refirió David Trueba al recoger la medalla del CEC a la mejor película por «Vivir es fácil con los ojos cerrados»: «Hay mucha gente y muy buena escribiendo de cine pero lo que nos hace falta es tener lectores», comentó el realizador madrileño para, a continuación, precisar que tanto o más importante que el rendimiento en taquilla de una película es la capacidad de mantener un público con un espíritu receptivo y crítico.

Este premio, unido a las medallas recibidas al Mejor Guión Original y a la Mejor Actriz Revelación (Natalia de Molina) y sumado, a su vez, al premio Feroz al Mejor Director, dejan a David Trueba en muy buena disposición para disputarle a «La herida» el Goya en sus categorías más importantes. ¿O acaso el tapado será «Caníbal»? Porque tampoco hay que descartar el film de Manuel Martín Cuenca de cara a los Goya. De entrada su director fue reconocido como el mejor realizador en los premios del CEC y la película se hizo además con los galardones a la Mejor Fotografía, Guión Adaptado y Actor para Antonio De la Torre, quien ganó el premio por segundo año consecutivo (en 2013 el CEC lo reconoció por «Grupo 7»), afianzándose como máximo favorito para hacerse con el Goya.

Y si el suyo es uno de los Goya que parecen más decantados, otro tanto puede decirse del de Mejor Actriz Secundaria para Terele Pávez, toda vez que la veterana intérprete se hizo también con la medalla del CEC, por su trabajo en «Las brujas de Zugarramurdi», tras haber obtenido todos los premios habidos y por haber con el film de Álex de la Iglesia.