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Ramiro Arrue tiene museo en Cap d'Ail

El Museo Ramiro Arrue abre hoy sus puertas en Cap d'Ail, localidad cercana a Mónaco. El impulsor del proyecto, al que ha dedicado los dos últimos años, es Michel Gramaglia. Comenzó adquiriendo algunas obras para su mujer, Karmele Lemoniz, natural de Getxo, y ha terminado siendo la colección privada más importante de la obra de Arrue (1892, Bilbo - 1971, Donibane Lohizune). Su obra se caracteriza por la plasmación de escenas cotidianas ligadas a las tradiciones y al folklore vasco.


Es la colección privada más importante de la obra de Ramiro Arrue. Su propietario, Michel Gramaglia, comenzó regalándole varias obras a su mujer Karmele Lemoniz y poco a poco la colección ha crecido hasta abarcar más de 800 obras. Todas ellas se exponen a partir de hoy en la Villa Les Camelias, propiedad de la familia de Gramaglia.

Situada en la localidad de Cap d'Ail, cercana a Mónaco, es una villa de la Belle Epoque con vistas privilegiadas sobre el mar. Pintada de color blanco, junto a la casa destaca el cuidado jardín.

Gramaglia y la conservadora del museo, Hélène Bonafous, han seleccionado cerca de 200 obras, la mayoría pinturas, aunque también tienen reservado su espacio los esmaltes realizados por Arrue. «Han querido reunir en un mismo edificio parte de la obra que ha ido coleccionando. Aunque Arrue no es conocido aquí, él quería ofrecerle este museo a Arrue», cuenta Miren Josu Lemoniz, cuñada de Gramaglia.

El museo se inauguró el pasado día 3 de julio con un acto que contó la presencia del alcalde de de Cap d'Ail, Xavier Beck y Jacques Boisson, secretario de Estado del príncipe Alberto de Mónaco.

En la planta baja, junto a la sala dedicada a la historia del municipio, el visitante se encuentra con una sala grande y otra pequeña que albergan obras de Arrue. En la planta superior son siete las salas dedicadas al pintor.

Los cuadros se han ordenado en función de la temática tratada, entre la que destacan el paisaje vasco, los arrantzales, la familia del propio Arrue, y diversas ceremonias religiosas y folklore del país.

Aunque visitaban con frecuencia Euskal Herria, las pinturas de Arrue les ayudaban a tener presente en casa un pequeño trozo del país que dejaron atrás.

Las hermanas Lemoniz dejaron Euskal Herria siendo niñas, en 1957. Nacidas en Getxo, residen desde hace décadas en el Estado francés. Primero vivieron en París. Tras casarse Karmele residió en Mónaco y Miren Josu en Bretaña. Esta última llegó hace varios años a Cap d'Ail, coincidiendo con la puesta en marcha del proyecto de museo.

Rodeado de artistas

Arrue fue autodidacta. Destaca en su obra la influencia de la pintura impresionista, cubista y puntillista. Se trasladó muy joven a París, instalándose poco después en casa de una tía en Donibane Lohizune. Tenía 12 años. Sus tres hermanos -Alberto, José y Ricardo- también se dedicaron a la creación artística, aunque fue Ramiro el que destacó.

Estudió dibujo y pintura en las academias libres de Montparnasse. En la capital francesa trató de ampliar sus conocimientos artísticos rodeándose de personas destacables del mundo del arte. El pintor eibarrés Ignacio Zuloaga se interesó por su pintura, comprándole varios cuadros. Era 1910 y Arrue tenía 18 años.

La producción fue variada: pintura, esmalte, decorado teatral, ilustración tipográfica... Expuso con regularidad en Baiona, Donibane Lohizune y Paue.

Recibió numerosos galardones, entre ellos dos premios otorgados por el Ateneo Municipal de Burdeos en 1960 y 1961.

Falleció en día 3 de abril de 1971 en Donibane Lohitune, localidad que posteriormente le declaró Hijo Adoptivo y creó el Museo Ramiro Arrue con las obras realizadas ex profeso por el artista.

«Su naturaleza, su vida, sus costumbres, su música...»

«Volviendo al tema del País Vasco, he aquí las razones que, creo, me han retenido allí: el cariño que tengo por todo lo que forma parte de él, su naturaleza, su vida, sus costumbres, su música, sus cantos. El carácter de los hombres y la gracia rústica de las muchachas en su simplicidad noble y primitiva, sus posturas y su personalidad, la fuerza tranquila de los marineros y de los pelotaris, la agilidad de los bailarines y el arcaismo de los trabajadores de la tierra», afirmaba el propio Arrue.

El texto escrito por el artista refleja la atracción que sentía por todo lo relacionado con las tradiciones de Euskal Herria.

María Isasi, hermana también de Miren Josu Lemoniz, editó en 2012 el libro «Ramiro Arrue, pintor vasco», escrito por Olivier Ribeton, conservador del Museo Vasco y de la Historia de Baiona. La publicación incluye reproducciones de obras en color, entre los que cabe mencionar tres trípticos, más de 40 dibujos inéditos y numerosos documentos y fotografías de su taller, así como dos poemas sobre calco de Sabine Péglion.

Ribeton hablaba así de la obra de Arrue: «... como una elección deliberada, Ramiro Arrue aplicará su arte, casi continuamente, a la descripción del País Vasco tradicional y de sus habitantes primando el aspecto rural o marítimo y excluyendo, excepto algunas chimeneas de barco, las máquinas y motores del siglo XX. Se dedicará a describir los juegos y las fiestas de Euskal Herria, desde la danza a la pelota vasca, temas magnificados por una vuelta de las formas sólidas y masivas, una hábil simplificación de los colores y unos procedimientos que dan un aspecto de arcaísmo voluntario a su obra». X.A.