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Líderes de las AUC admiten que «el paramilitarismo fue una política del Estado»

El líder paramilitar Salvatore Mancuso, preso en EEUU tras se extraditado por el Gobierno de Alvaro Uribe -con quien negoció-, admitió a través de una carta que el paramilitarismo en Colombia «fue una política de Estado para enfrentar y combatir a la guerrilla».


Salvatore Mancuso, quien fuera comandante de las temidas y sanguinarias Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), admitió en una extensa carta enviada al presidente colombiano, Juan Manuel Santos, al fiscal general, al procurador y a varios organismos internacionales que el paramilitarismo en Colombia fue «una política de Estado» y pidió estar presente en la mesa de conversaciones de La Habana.

El líder paramilitar, preso en EEUU tras ser extraditado por el Gobierno de Alvaro Uribe, con quien paradógicamente negoció una teórica desmovilización de las AUC -cuyos integrantes pasaron a formar otros grupos como las Bacrim o los Rastrojos-, afirma, además, sentirse víctima de las FARC-EP. «Hicimos parte de una política de Estado para enfrentar y combatir a la guerrilla», reconoció Mancuso por primera vez.

«Fui víctima de las guerrillas de Colombia y objeto de extorsiones, amenazas, atentados, hurtos... por parte de las FARC desde el comienzo de la década de los 90. Desde esa época vi morir por cuenta de la guerrilla a muchos amigos y a otros los observé abandonar sus propiedades. Soy víctima del accionar de la guerrilla», alegó.

En similares términos, Edwar Cobos, otro de los dirigentes de las AUC también preso en EEUU, dijo ser «víctima de las FARC desde que era solo un niño. A la edad de los 12 años recibí un disparo en la cabeza de manos de un guerrillero del frente 20. Luego en dos oportunidades fui secuestrado».

«Estamos completamente seguros de que por la doble calidad de víctimas-victimarios que ostentamos, nos permitirán aportar de manera decisiva en la construcción del camino de la reconciliación», resaltaron Mancuso y Cobos en su carta, en la que reiteran su deseo de «participar presencialmente de ese gran encuentro de perdón y reconciliación muturo entre guerrilleros y ex AUC, con quienes en el pasado también nos hicimos daño y les causamos tanto dolor a nuestras familias».

Las vulneraciones persisten

Por otra parte, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) alertó el jueves de que la magnitud de las violaciones de derechos humanos se mantiene constante y que la impunidad aún persiste.

«Persiste la falta de esclarecimiento de las dinámicas, alcances, composición y estructura de las antiguas autodefensas y los grupos armados ilegales surgidos después de la desmovilización de organizaciones paramilitares», denunció.

Es precisamente en este punto en el que la CIDH remarca la «responsabilidad» del Estado en cuanto a la formación de grupos paramilitares.

Militares en activo

Respecto a la presencia de los miembros de las Fuerzas Armadas en Cuba, el general Jorge Enrique Mora Rangel remarcó que su presencia «es realmente importante, como lo ha sido en la mayoría de los procesos del fin del conflicto. Los militares en servicio han estado sentados en diferentes procesos del mundo».