Complicada, pero la ecuación se resolverá
Como si de un sufrido ciclista que aspira a los puestos de honor del Tour se tratase, la primera parte de la carrera está resultando adversa para el Athletic. Esfuerzos físicos y mentales derivados de la participación en Champions, errores de bulto y un juego ofensivo mucho más espeso de lo habitual parecen las principales razones del pinchazo y consiguiente pérdida de puntos. De nueve partidos oficiales, los rojiblancos han ganado dos, empatado tres y han cedido ya cuatro derrotas, siendo cinco los encuentros en los que no han logrado perforar la portería rival. Los números no son precisamente alentadores, pero resta tiempo y existe materia prima más que suficiente para la reacción.
El choque de esta noche en Bielorrusia, ante la supuesta `cenicienta' del grupo, puede adquirir tintes balsámicos en caso de conseguir un buen resultado, algo que supondría un gran impulso para continuar en Europa una vez superada la elimeinatoria previa. No va a ser sencillo, ante un equipo acostumbrado a jugar la Champions y que cuenta con futbolistas con muchas horas de vuelo a sus espaldas, especialmente en ataque. Sin embargo, el bagaje continental de la mayoría de los leones no se queda corto, final de 2012 incluida, además de partidos en estadios de relumbrón, y es de esperar que sepan leer y manejar correctamente las dificultades que presentará el encuentro.
Y es que es precisamente la ausencia de claridad a la hora de terminar las jugadas la que está siendo uno de los elementos que más está lastrando el juego y la puntuación del Athletic. Dominador de la posesión en la mayoría de partidos, le cuesta encontrar el último pase o la densa neblina que una vez superados los tres cuartos de campo convierte la circulación del balón en un ejercicio de impotencia. Hasta el momento, esa falta de ideas para resolver en ataque parece el mayor problema al que se enfrenta el Athletic. Valverde ha probado a distintos futbolistas para cubrir el rol que anteriormente desempeñaba Ander Herrera pero sin dar todavía con la tecla ideal.
El entrenador es plenamente consciente de que se trata del primer momento delicado desde su regreso al banquillo de San Mamés. Una prueba de fuego para la madurez y nivel competitiva para un grupo construido para volver a estar entre los mejores. Los resultados e imagen ofrecida también han arrojado alguna duda sobre la propia composición de la plantilla y el fondo de armario de la misma. Cuestiones como las cesiones de Ruiz de Galarreta o Guarrotxena, futbolistas de rendimiento inmediato en Segunda y que ocupan puestos en los que el equipo actualmente no acaba de ofrecer su mejor versión, o la sobrepoblación de delanteros centros suplentes que no convencen al técnico están sobre la mesa. Sin embargo, la plantilla no va a variar hasta enero, salvo que ascienda algún futbolista del filial -el nombre de Iñaki Williams está en boca de todos-, posibilidad siempre abierta en el club. Después, se verá si jugadores de escasísima participación y altas fichas salen o si el club tira de chequera para reforzar posiciones en las que cojea. Algo que tampoco va a ser sencillo debido a las pocas y carísimas opciones existentes en el mercado.
Visto lo visto, la clave pasa por recuperar la mejor versión de jugadores dominantes o que dotan al equipo de una verticalidad, dinamismo y pegada que rompe las líneas rivales. Es el caso de Iturraspe, Susaeta, Aduriz o Ibai. Incidir también en que el disparo de media distancia debería ser también una solución importante en el caso del santutxuarra y el eibartarra, lo mismo se puede decir de Beñat. A ninguno se le puede negar el esfuerzo, máximo en todos los encuentros, pero para acabar en la zona alta es necesario tener más contundencia en ataque que la mostrada en este primer tramo.
Pese a que la ecuación continúa sin despejarse y algunas dudas ya han asomado, la temporada es muy larga. El mal inicio condiciona, pero aún restan grandes montañas que ascender, al Athletic ahora le toca recuperar su propia confianza y para eso la primera estación está en Borisov, en la competición en la que apenas están unos pocos elegidos. Y los leones no están aquí por casualidad, ni para hacer turismo. Jugadores y entrenador lo saben y están sobradamente capacitados para reconducir la situación.