Los vecinos de Arrankudiaga Zollo quieren ser ciudadanos de un Estado vasco soberano. Así lo constata el resultado de la consulta popular organizada por la plataforma Ados, que ayer movilizó al 61,59% del electorado. 450 personas votaron sí a la independencia, 13 se decantaron por el no y 33 votaron en blanco.

El resultado es en realidad una cuestión secundaria para los organizadores del consulta, que lo que ponen en valor es la práctica del derecho a decidir. «Lo más importante no es saber cuantos `síes' o `noes' se recogen en cada urna, sino que la consulta es una victoria de la democracia y de la participación ciudadana», destacó Joseba Martin, de la plataforma Ados.

«Sabemos que el resultado no es vinculante y somos conscientes de las trabas y de los problemas legales que ha habido que superar, pero creemos que las iniciativas de carácter democrático que haga un pueblo para poder lograr decidir sobre su futuro valen la pena y están cargados de legitimidad», añadió.

En el mismo sentido se pronunció Angel Oiarbide, represente de Gure Esku Dago, que hizo hincapié en la «normalidad» del proceso. «Es normal que los ciudadanos se impliquen y quieran ser protagonistas, que quieran poder decidir. Es la esencia de la democracia», remarcó, tras citar algunos pasos dados ya por la sociedad vasca para reivindicar el derecho a decidir su futuro.

En concreto, mencionó la consulta celebrada el 13 de abril en Etxarri-Aranatz, donde venció el sí a la independencia con una alta participación, la cadena humana que unió Iruñea y Durango el 8 de junio y el mosaico gigante del próximo sábado en la playa de la Zurriola. A este respecto, indicó que la iniciativa de Donostia tiene por objeto reclamar un «escenario de normalidad», en el que se garantice el derecho a decidir de todas las personas. «Los ciudadanos tenemos la llave para poder llegar a ese escenario», señaló. Será, por cierto, en la víspera de la consulta convocada en Catalunya.

Lo cierto es que el papel de la ciudadanía ha crecido durante los últimos meses y, a buen seguro, lo seguirá haciendo en el futuro, augura la presidenta de Udalbiltza, Mertxe Aizpurua. Ayer remarcó el trabajo realizado por las plataformas ciudadanas en Etxarri-Aranatz y Arrankudiaga Zollo. «Hemos venido a mostrar nuestro apoyo a la consulta, y si se organizan nuevas consultas también las apoyaremos, porque creemos que Euskal Herria tiene derecho a decidir su futuro», resumió.

Por su parte, la alcaldesa de Arrankudiaga Zollo, Itziar Duoandikoetxea, manifestó que, pese a ser un gesto «pequeño», la consulta puede servir para «animar» a otros pueblos e impulsar que Euskal Herria pueda decidir sobre su soberanía.

Muchos vecinos de esta pequeña localidad vizcaina comparten las palabras de la regidora, y así lo manifestaron tras depositar su voto. Por ejemplo, una votante expresaba su deseo de que pueda realizarse una consulta en los siete herrialdes vascos y un joven consideraba que la cita de ayer debe servir para impulsar el derecho a decidir en todo Euskal Herria.

Buena relación y mejoras

El profesor universitario Ramón Zallo, que intervino como observador en la consulta, afirmó que la puesta en marcha de estas iniciativas está sujeta a la realidad institucional de cada municipio. «Es más probable que se convoquen consultas en los pueblos en los que se llevan bien las corrientes mayoritarias que en los que se llevan mal, donde parecería una iniciativa de parte», subrayó.

Ese no es el caso de Arrankudiaga Zollo, donde, tal como constató el académico, «hay un apoyo entusiasta por parte de las fuerzas políticas mayoritarias -EB Bildu y PNV- y la población asume el proceso con tranquilidad. Las personas votan pensando que es un referente y un hecho histórico».

En cuanto al protocolo, Zallo reconoció que se ha mejorado el empleado en la consulta de Etxarri-Aranatz. «Se ha ordenado el voto por correo, se ha dictaminado quién puede votar y se han establecido las funciones de los observadores y del jefe de mesa», detalló.