BASKONIA-EFFES

El Baskonia afronta esta noche su participación en el Top-16 con un objetivo que va mucho más allá del ya complicado de tratar de volver a los cruces de cuartos de final: compactar las arenas movedizas en las que se ha movido en los últimos tiempos. Solventadas, aparentemente -que todo puede pasar-, esas grandes incógnitas sobre la plantilla que venían marcando los últimos meses -Heurtel, Hamilton y Vujacic ya están fuera, y Hansbrough podría tener hoy sus primeros minutos- Ibon Navarro tiene la ardua tarea de tratar de dotar de estabilidad y competitividad a un grupo de jugadores que llega a enero sin apenas conocerse en posiciones estratégicas, como la de base, y extremadamente irregular.

Dentro de lo malo, el técnico gasteiztarra tiene bastante bien diagnosticadas las carencias, ya que los 105 puntos encajados en Zaragoza el miércoles, que convierten a la gasteiztarra en la tercera peor defensa de la ACB, son unos guarismos totalmente inaceptables en cualquier equipo que quiere ser competitivo. Por ese lado ha de entenderse el fichaje de Hansbrough, el último jugador en incorporarse, con el que el cuerpo técnico trata de buscar la consistencia que Vujacic, con más recursos en el tiro, independientemente de su grado de acierto, no le ha dado.

La vuelta de Heurtel

Irremediablemente, el partido viene marcado por el regreso a Zurbano de Thomas Heurtel apenas unos días después de confirmarse su salida del club gasteiztarra. El de Beziers podría personificar perfectamente gran parte de los últimos años del baskonismo; apuesta importante del club por el talento innato de un jugador que se ve obligado a vender para adaptar presupuestos y tapar los agujeros de otras apuestas menos rentables, justo cuando su importancia en el equipo lo hacía casi imprescindible. Tibor Pleiss, Nemanja Bjelica o Brad Oleson podrían ser otros ejemplos de operaciones, quizá económicamente necesarias, pero que explican el deambular azulgrana por las competiciones.

También sobre la cancha sirve el ejemplo del nuevo jugador de Efes para entender los altibajos de un plantel que, a pesar de todo, estaba llamado a mucho más; talento a raudales con el que pueden mojar la oreja a cualquiera a poco que entren esos primeros tiros sin mucha elaboración, pero sin dureza para apretar los dientes y bajar el culo en defensa cuando los partidos se ponen duros.

No será el único ex que visitará Zurbano esta noche. Sin el talento de los anteriormente citados, el montenegrino Milko Bjelica tuvo prácticamente todos los roles posibles en Gasteiz, pasando de secundario y temporero a baluarte interior la pasada campaña, momento en el que fue reclutado por Efes para ser un complemento de lujo en el potente roster otomano, donde suma una media de 20,58 minutos y 10,1 puntos en Euroliga.

En cuanto a características, podríamos decir que hoy se enfrentarán dos equipos antagónicos ya que, a pesar de la baja por lesión del pívot Nenad Krstic, que hasta entonces encabezaba la competición en cuanto a valoración, han conseguido una gran química de equipo con el joven Saric y la experiencia de Bjelica en el interior. Esto, unido a la veteranía y el valor de dos jugadores como Lasme y Perperoglou, han convertido a los de Ivkovic en el mejor equipo en rebotes y tapones, lo que los ha llevado a ser el único equipo en dejar a sus rivales por debajo de 70 puntos, 69,9 de media.