La derrota más dolorosa llega tras jugar el mejor partido fuera
Los gasteiztarras dominaron tras el segundo cuarto. Se les escapó el choque en los últimos segundos, resueltos con una pérdida de James, un «dos más uno» de Llull y un robo de Rudy Fernández.
REAL MADRID 75
LABORAL KUTXA BASKONIA 74
Hay cosas que nunca cambian, como por ejemplo la enésima cesión de Devon Van Oostrum, que pasaba del Leeds Force de la Liga inglesa al Peñas Huesca de la LEB Oro después de un partido. Otras cosas tampoco cambian, como por ejemplo la derrota baskonista a domicilio y que supone que se queda fuera de la Copa. Pero la forma de perder sí que cambió, lo cual convirtió el tropezón de ayer en algo particularmente doloroso.
Los de Ibon Navarro cuajaron un partido muy serio. Tan serio, que la derrota fue más cruel que nunca. Un balón perdido por Mike James a nueve segundos, un inverosímil «dos más uno» de Llull sobre Begic, y un mal saque de banda que terminó con robo de Rudy Fernández trajeron la voltereta contra el Baskonia en un partido que se le escapó de entre los dedos.
Sobre todo en el segundo cuarto, los gasteiztarras adquirían rentas de hasta 11 puntos, fruto de un notable acierto en el triple y un equilibrio en el juego mayor que el exhibido hasta la fecha. Así, Colton Iverson hacía gala de un par de buenos movimientos al poste bajo. Con todo, el bombardeo exterior era lo que daba alimento a los baskonistas, con Bertans empezando el asedio con un triple que establecía el 17-18 al final del primer cuarto, seguido por los triples de Tillie y San Emeterio, bien buscados por Darius Adams.
Hasta le defensa rindió a mejor nivel que el habitual. En esa faceta, destacó la labor de Fabien Causeur, autor de varias canastas a la contra, amén de hacerle un buen marcaje a Rudy Fernández. De hecho, fue Andrés Nocioni uno de los principales salvavidas madridistas de esos 20 primeros minutos, fruto de sus 10 puntos -de 13 totales-.
Nervios y más nervios
Pablo Laso podía darse con un canto en los dientes, ya que el 37-45 del final de la primera mitad llegaba tras una pequeña reacción merengue, aunque al menos Ibon Navarro tuvo el buen tino de parar lo que empezaba a ser un desbarajuste.
Tras el receso, nervios y más nervios, sobre todo entre los locales, mientras que el Baskonia, pese a caer en efectividad triplista, sumaba a través de los tiros libres y jamás dejó de defender -muy bien Hansbrough en esa faceta-. Los gasteiztarras parecían tener a raya al Real Madrid, sobre todo porque conseguían dar la réplica siempre, como los puntos que sacaba Bertans, y Begic pudo haber rematado a los merengues errando dos tiros libres que hubieran supuesto el 68-74.
Se redimió más tarde, pero los de Laso ya estaban en 72, guiados por un gran Llull que suplió a un gris Sergio Rodríguez. Tuvo la sentencia el Baskonia, con un rebote de Begic que se le escapó a James a 9 segundos. Llull, que enredaba en la jugada defensiva, se sacó el conejo de la chistera con un «dos más uno» casi a traición a 2,9 segundos. Tiempo muerto de Ibon Navarro, y el pase de San Emeterio que lo cortaba Rudy. ¡Porca miseria!
«Espero que esto sea el primer síntoma de una recuperación real del equipo»
«Si no estamos en la Copa no es por esta derrota, sino porque en demasiados partidos fuera de casa no hemos competido». Así de sincero y contundente se mostraba un frustrado Ibon Navarro, que al menos tuvo la entereza de salir a comentar una derrota que secó la garganta de sus muchachos. Lógicamente abatidos, los jugadores baskonistas prefirieron rumiar en silencio su rabia.
«Estamos muy jodidos. Durante muchos momentos hemos conseguido controlar y parar el alto ritmo que el Real Madrid quiere y necesita para ganar sus partidos. Controlamos sus primeros y terceros cuartos, que en su casa muchas veces son los que deciden los resultados a su favor. Pero ante equipos como estos, sabes que puedes llegar a un final apretado. Y ahí ha sido cuestión de pequeñas cosas: dos tiros libres importantes que fallamos, una pérdida... cosas que pueden pasar en el juego y que nos han pasado todas en contra», explicaba el preparador gasteiztarra.
«Quizá merecíamos ganar este partido, pero en deporte merecerlo no vale para nada», remachaba.
La ausencia del Baskonia de la Copa desde 1998 le sonaba a un eco lejano a Ibon Navarro. «No hemos perdido hoy -por ayer- la clasificación para la Copa, porque no es verdad. Hemos estado a punto de ganar, pero para tener opciones en la última jornada. si el equipo hubiese competido así en muchos partidos que ha jugado fuera de casa, seguro que ahora nuestro casillero de victorias fuera de casa no estaría a cero», explicaba.
«Espero que esto sea el primer síntoma de una recuperación real del equipo», concluía el preparador baskonista.
A. G.