Una Copa para levantar el ánimo
Valverde trata de infundir optimismo en la antesala de una semifinal copera.
MÁLAGA-ATHLETIC
«Estamos en un momento en el que todo el mundo, desde fuera, te pone en duda lo que haces», dejó ayer traslucir cierta queja Ernesto Valverde, «pero los que no tenemos que dudar somos nosotros, tener un nivel de concentración alto, un nivel físico alto y una frescura mental alta, que quizá no lo estamos logrando, pero ése es el camino y perseveramos en él». El técnico rojiblanco no se va a liar la manta a la cabeza, eso lo tiene claro. «No termino de ver que mi equipo sea un desastre. Veo cómo suceden los partidos, cómo nos ganan, sé que nos faltan muchas cosas, pero no para hacer cambios sustanciales», insistió. Más que preocupado, «soy consciente de lo que se juega el equipo». Y hoy en la Copa, el Athletic quiere empezar a redimir sus penas, que son muchas.
No resulta sencillo responder cada tres días casi a las mismas interrogantes sobre las penalidades del equipo y al mismo tiempo tratar de infundir optimismo cara a, no lo olvidemos, unos cuartos coperos, antesala de una semifinal con la que en Bilbo se sueña cada año. Pero es lo que toca. Como toca la Copa, a la que Valverde dejó claro los rojiblancos no descartan para nada. «Son unos cuartos de final. Sabemos que el partido del domingo -el de liga también ante los malacitanos- es importante, pero independientemente de que la tenga, es una oportunidad de optar a una semifinal. Es verdad que -sobre el once que alineará esta noche- tenemos que pensar en el domingo, pero la oportunidad no la podemos dejar pasar».
Es cierto que el Athletic tiene poco a lo que agarrarse para encarar con aliento esta eliminatoria «pareja», según Txingurri, y por eso los brotes verdes que se vieron ante el Villarreal deberían ser parte de ese asidero. Y eso que para el entrenador ese choque siguió una tónica ya conocida, en la que las concesiones propias «nos cuestan resultados». Volvió a reconocer que «nos cuesta hacer gol, mientras el contrario aprovecha sus opciones», y aun así «también hemos sido capaces de hacer un buen partido tras dos tropiezos, y en ese sentido es positivo porque lo tenemos que ver así».
El Málaga va a por todas
Un equipo, el bilbaino, al que no le sale nada frente a un Málaga subido en la ola, al que todo le sale, como al Athletic hace un año. Los andaluces afrontan el choque como una «oportunidad histórica y posible» de alcanzar las semifinales -su única vez en la 1972-73 cayó ante los rojiblancos-, según enfatizó ayer su técnico Javi Gracia. Por su fútbol y su ambición, el partido será un duro examen para unos leones de los que Valverde resaltó la solidaridad del grupo, «que somos un equipo que corre y que tenemos la idea de juego clara» como sus principales valores en estos momentos de zozobra.
Ernesto Valverde deja por sorpresa en casa a Beñat y Viguera. El que podría dar la sorpresa es Williams, del que el de Viandar de la Vera dijo estar «contento» con él porque cada vez que sale tiene alguna oportunidad, «está verde aun», pero «nos aporta velocidad arriba». Seguirá alternando el primer equipo con el filial, al menos hasta la vuelta de Guillermo, en un par de semanas. Peor pinta para Erik Morán, al que Ernesto ve que tiene que «competir mejor» y mejorar su juego aéreo. «La situación del equipo no es la mejor para jugar, porque no manda el entrenamiento sino la competición», dejó claro.
Respecto al rival, el conjunto malagueño está inmerso en una pequeña crisis con un punto conseguido de los nueve disputados en 2015, pero espera con ansias que la Copa sirva para recobrar las buenas sensaciones. Dos equipos con parecidas necesidades que se verán las caras tres veces en una semana, algo que no le pasaba al Athletic desde 1930, ante el Racing, al que ganó 4-5. A repetir.