A la hora de la verdad, el susto puede con el Baskonia
La escuadra de Gasteiz dominó durante la primera mitad y llegó a tener 11 puntos de ventaja. Pero cuando despertó Spanoulis, con 15 puntos en el tercer cuarto, a los de Ibon Navarro les faltó dureza para aguantar.
OLYMPIACOS 76
LABORAL KUTXA BASKONIA 64
Si perder en el Palacio de la Paz y de la Amistad acaba por ser una decepción, puede ser hasta una buena señal para Laboral Kutxa Baskonia. Sus 20 primeros minutos fueron duros, constantes y concentrados, mucho más acertados que un Olympiacos desatinado desde la línea del triple -1 de 10, para 8 de 26 al final- y el tiro libre. El único debe baskonista en esa gran primera mitad estaba en el capítulo de las pérdidas, ya que sumó 11 de sus 15 balones perdidos. Por desgracia, los siguientes 20 minutos fueron todo lo contrario, porque le pudo el miedo cuando llegó la hora de la verdad.
Fue decepcionante el 76-64 final porque al descanso los de Ibon Navarro se imponían por 28-37, y llegaron a estirar su renta hasta los 11 puntos. Destacó un muy buen Colton Iverson -sin olvidar a Mirza Begic al inicio y Tornike Shengelia en el tercer cuarto-, tratando de ofrecer una imagen de carácter y dureza frente a un rival al que le entraban las prisas por momentos y no terminaba de arrancar.
Y en estas apareció Spanoulis. La estrella helena dinamitó la marcha del partido agarrando el toro por los cuertos. Anotó 15 de sus 27 puntos totales en el tercer cuarto, y en esa hora de la verdad, a los baskonistas les pudo el pánico por el susto. Cierto que el arbitraje se tapó los ojos en la zona defendida por los del Pireo; cierto que Spanoulis anotó tiros, especialmente de tres, muy bien defendidos... Y, sin embargo, al final del tercer período los locales ganaban por un exiguo 54-53, después de un palmeo de Iverson, pero lo cierto que en la moral baskonista la derrota ya estaba asumida.
La escapada, sin Spanoulis
Una canasta de Lojeski -sus dos primeros puntos en todo el partido- y un «dos más uno» de Othello Hunter -14 puntos y 7 rebotes para el ex de Valladolid- estiraban la renta de Olympiacos hasta el 58-53. Un Laboral Kutxa Baskonia en estado de catatonia no se daba cuenta de que Spanoulis descansaba en el banquillo, mientras que un Mike James superado por las circunstancias se autoexpulsaba con cinco personales.
No hubo faros ni quien diera un puñetazo sobre la mesa en el seno baskonista. Cuatro tiros libres de Begic y dos tiros libres más de Darius Adams fue el único bagaje anotador gasteiztarra en los últimos minutos, mientras que Othello Hunter, como el moro de Venecia que estrangulara a Desdémona, estrangulaba a un Baskonia sin aire.
Los de Ibon Navarro sumaban un 0 de 11 en tiros de campo hasta que, en el último minuto, Hansbrough ponía fin a esta ignominiosa sequía con un triple. El propio Hansbrough anotaría una canasta más ya con el partido decidido, mientras que en el seno de Olympiacos se respiraba hondo por haber asegurado un triunfo más en su cancha.
Laboral Kutxa Baskonia perdió anoche una oportunidad generada por la propia escuadra gasteiztarra en la primera mitad. Nadie le regaló su 30-41 a favor, pero sí que regaló buena parte de la remontada helena, traicionado por el miedo.
«Debimos creer más en el último cuarto»
«Está claro que Olympiacos es un equipo llamado a estar en la Final Four y que tiene un jugador como Spanoulis, que cuando entra en éxtasis como ha entrado en el tercer cuarto, aunque le pongas dos jugadores encima... Y a nosotros, aunque veníamos de hacer 20 minutos muy buenos, se nos ha escapado el partido. Pero hemos debido creer más en nosotros en el último cuarto y no lo hemos hecho», resumía un Ibon Navarro que era la cara de la frustración.
El técnico gasteiztarra destacaba «el alto nivel defensivo» exhibido en los 20 primeros minutos, así como el «50% en tiros de tres puntos -4 de 8- que nos ha ayudado a coger ventaja». Pero reconocía que cuando Olympiacos «ha subido las líneas atrás, hemos empezado a jugar a 10 metros y acumulando pérdidas. Hemos dado un paso atrás en ataque y con los balones perdidos les hemos permitido correr», se lamentaba, amén de quejarse de la «mala gestión de las faltas» y de «lanzar solo un triple» en la segunda mitad. «Si tú no estás al nivel en ataque, es dificil esperar que el arbitraje te regale tiros», acabó. A. G.