Sherpa Capital firma «in extremis» el traspaso de los activos de Cegasa
El fondo de capital riesgo Sherpa Capital, que se había interesado por tres unidades de negocio de Cegasa -lo que implicaría salvar 130 de los 450 empleos del grupo-, se comprometió ayer a firmar la compra de los activos, después del ultimátum lanzado por la administración concursal tras los reiterados retrasos que se estaban produciendo y que habían generado gran preocupación en la plantilla.
Las señales de alarma se encendieron ayer, día que expiraba el plazo dado por los administradores concursales al fondo de capital riesgo Sherpa Capital para que firmase el traspaso de los activos del grupo vasco de energía, en concurso de acreedores desde principios de 2014.
Según fuentes del comité, los directivos de Sherpa, con sede en Madrid y especializado en inversiones «en situaciones especiales y complejas», no se presentaron a la cita, fijada para el pasado jueves, para proceder a la compraventa de las tres unidades de negocio por las que se había interesado (manganeso, sistemas de energía y comercializados de energía y luz), ubicadas en Oñati.
En caso de no materializarse el traspaso, no solo estarían en riesgo los 320 empleos que ya estaban fuera de esta oferta, sino también los 130 que se incluían en el plan de Sherpa, que ofreció 2,5 millones. Junto a ello, ofreció incrementar esta cantidad en otros tres millones si al cierre de 2015 la cifra de negocio superase los 48 millones, y otros 7 millones para financiar la actividad productiva.
Según fuentes sindicales, el retraso se debe a que el fondo de capital riesgo ha puesto nuevas condiciones que no coincidían con la oferta inicial presentada en el concurso. El objetivo de esta estrategia sería dilatar el proceso con el fin de devaluar los fondos propios de Cegasa para no cumplir con las indemnizaciones que se pactaron en setiembre para los trabajadores que no van a ser subrogados.
Ante esta situación, que supondría una ilegalidad manifiesta, la administración concursal lanzó un ultimátum y le informó de que si ayer no se procedía a la firma en las condiciones inicialmente fijadas, solicitaría el ERE de extinción para todos los trabajadores y la liquidación de la empresa.
Tras este ultimátum, el fondo de capital riesgo aseguró ayer que en las próximas horas firmará el traspaso. Según pudo saber este diario, el contrato de compraventa ya ha sido remitido y su firma podría materializarse esta misma tarde.
Entretanto, la administración concursal se reunirá hoy a las 12 del mediodía con los miembros del comité para explicarles los próximos pasos a dar.
Sin oferta global
Si la operación abierta con este fondo de capital riesgo sale adelante, además de mantener 130 empleos, podría cristalizar una oferta de Azkar por Cega Multidistribución, lo que permitiría salvar otros 28 puestos.
No obstante, en cualquiera de los escenarios, 320 trabajadores de Cegasa irán al paro ya que no existe ninguna oferta que contemple el mantenimiento de todas las plantas con que cuenta el grupo en Oñati y Gasteiz.
La dirección de Cegasa, que afronta una deuda de más de 100 millones de euros, ya anunció en primavera su intención de «salvar cada empresa de forma individualizada».
En diciembre, el Juzgado de lo Mercantil número 1 de Gasteiz autorizó la venta a Sherpa de tres unidades productivas de Cegasa al no haberse presentado ninguna otra oferta y al considerar que, de no llevarse a cabo, «la alternativa es el cese inmediato de la actividad con la consiguiente extinción de todas las relaciones laborales y la apertura de liquidación».
Tras esta autorización, los trabajadores denunciaron que la operación para salvar la factoría de Oñati se presentase como «exitosa» cuando en realidad 320 personas, es decir, el 71% de la plantilla, «se van a la calle sin indemnización alguna».
Atribuyeron esta situación a la «pésima gestión» del equipo directivo de Cegasa y del administrador único, Aitor Madina, por decidir en 2008 deslocalizar la producción de pilas alcalinas y crear una nueva empresa en China.
Bizkaia abre expediente por deslocalización a la empresa Siban
La Diputación de Bizkaia va a abrir un expediente por deslocalización a la empresa Siban, que ha decidido trasladarse de Abanto a Castro Urdiales (Cantabria), lo que implicará la devolución de los 100.000 euros de ayudas públicas recibidos por esta compañía en los últimos años.
El diputado de Promoción Económica, Imanol Pradales, explicó ayer que el Gobierno foral ha decidido abrir ese expediente al considerar que el caso de Siban es una deslocalización «de manual». Además de la devolución de las ayudas recibidas entre los años 2005 y 2014, el expediente supone que la empresa tendrá vetado su acceso a nuevas ayudas públicas durante un periodo de ocho años.
Pradales indicó que la Diputación tuvo conocimiento a finales de enero de 2014 de los planes de Siban de trasladarse a Cantabria, por lo que mantuvo contactos con la empresa y una reunión oficial en la que le ofreció dos posibles nuevos emplazamientos para la compañía, en polígonos industriales de Sestao y Amorebieta.
Aseguró que la Diputación hizo su oferta en febrero del pasado año y en una semana Siban la rechazó, según Pradales, para quien la empresa «tenía bastante decidido el traslado».
Los responsables de la compañía, perteneciente al grupo vasco Peosa y dedicada a la fabricación de cintas transportadoras, aseguraron el pasado viernes en Cantabria que las instituciones vascas «no nos atendieron como consideramos oportuno para encontrar la solución al problema que teníamos». El Ejecutivo de Gasteiz, sin embargo, aseguró que la empresa «en ningún momento» se puso en contacto con ellos. GARA