Carlos Gurpegi es una de las voces autorizadas del vestuario. El de Andosilla quizá no sea tan vehemente al expresarse como otros, caso de Aduriz o Iturraspe, pero siempre habla desde el sentimiento. Como ayer. Cuando se refiere a su futuro más inmediato o cuando reclama que este jueves, San Mamés se vuelque con su equipo, «cambiar los silbidos por aplausos», en palabras del bravo central navarro. Y es que, en vísperas de una oportunidad de plantarse en semifinales de Copa -la cuarta vez en una década- el ambiente en torno a lo que hay en juego no parace ni por asomo parecido al de ocasiones precedentes. Quizá por eso, el capitán rojiblanco se esforzó ayer en reclamar el apoyo una vez más por mucho que reconozca que «la tendencia que marca el equipo lleva a moverse más o menos a la gente».

Ante el Málaga el pasado domingo, San Mamés se quedó en un aforo de 40.000-42.000 espectadores, con lo mucho que se jugaban los leones. La respuesta este jueves, no lo olvidemos a un horario tan intempestivo como las 22.00, es una incógnita. La previsión meteorológica anuncia lluvia intensa y fuertes vientos. La que no debería serlo es la predisposición de la grada. «Es una oportunidad increíble, el año pasado en cuartos contra el Atlético tuvimos el campo lleno y la gente nos arropó mucho. Ojalá el jueves sea lo mismo. Tenemos muy claro en el vestuario lo que nos jugamos, pero para recibir tenemos que dar. Hay que enganchar a la gente porque la gente espera mucho de nosotros. Todos tenemos muchas ganas de revertir esta situación. Queremos cambiar los silbidos por aplausos, porque sin duda los que más ganas tenemos somos los jugadores», se sinceró.

Es consciente Gurpegi de que «nuestro momento futbolístico no es el mejor», pero también que «hay que olvidar las sensaciones de lo que está siendo la Liga» y aprovechar la oportunidad copera. «Es un momento complicado, lo sabemos, estás preocupado, tocado...», reiteró, pero a la vez insistió en que «el vestuario está preparado» y ahora mismo el principal deseo del mismo es que «lleguen las diez del jueves». Es más, «ganar partidos da mucha confianza para la Liga. Si ganamos el jueves, es más fácil que volvamos a ganar el domingo».

El navarro medita su futuro

El 0-0 de la ida es tan ilusionante como expuesto. «Ya nos eliminó el Betis a penaltis en una semifinal, el Austria de Viena nos metió 1-2. Si te meten un gol, hay que meter dos. Aunque te pongas por delante, con un gol te quedas fuera. Hay que estar de diez defensivamente», recordó el navarro. Por eso cree que el choque se puede decidir «en pequeños detalles» vistos los dos partidos precedentes ante los andaluces.

No parece que Gurpegi sea de la partida mañana, con Etxeita y Laporte haciendo bien las cosas, y el futuro del capitán es otro de los debates solapados por la mala marcha del equipo, tanto que el propio protagonista prefiere que quede en un segundo plano. Es más, «no me gusta hablar de esto». Él lo está meditando. «No tengo ninguna decisión tomada, le doy vueltas, está en mi cabeza y pienso en ello», reconoció, pero «no es el momento y el club lo sabe». Lleva pensando en su futuro desde que llegó a Lezama con 16 años, dice, y ahora toca hacerlo otra vez. Lo que sí tiene claro es que si no sigue en el Athletic más allá de junio, colgará las botas. Su horizonte en el organigrama de Lezama estaría cantado.

De momento se ha encontrado bien en los últimos partidos en que ha participado, sin molestias en su rodilla y a la espera de llegar así al final de temporada. Cuando llegue, decidirá. De momento, aprovecha para aconsejar a los más jóvenes y sobre todo a los que últimamente han sido pitados por la grada: «Que trabajen para dar la vuelta a la situación. Se puede estar más o menos afortunado, pero lo que entregues que sea el máximo».