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El play-off se aleja a diez puntos

Un error garrafal acaba con la racha

Una pérdida de balón de Raoul Loé en tres cuartos resultó decisiva al filo del descanso para que el Zaragoza anotase un gol que, a la postre, fue determinante. Los de Jan Urban le pusieron ganas para superar la desventaja, pero nunca encontraron vías claras para ello.


OSASUNA 0

ZARAGOZA 1

Se acabó la racha positiva. Y fue fruto de un error que a la postre resultó determinante y de los que no se pueden cometer cuando el encuentro está tan equilibrado y encima el verde no está para demasiadas florituras. Casualidad o no, lo cierto es que el retorno de los internacionales no solo no aportó apenas nada para mejorar las prestaciones de la escuadra navarra, sino que incluso lastró la solvencia y presteza a la hora de salir con el cuero hacia campo contrario.

Aunque acostumbrados a nadar contracorriente en la presente temporada, esta vez los de Jan Urban no fueron capaces de remontar un gol psicológico que nunca debieron conceder. Con un 0-0 se hubiese visto un encuentro diferente en la segunda mitad, pero el Zaragoza supo resguardarse muy bien atrás, confiado en la buena ola en la que está subido, pese a que durante muchas fases del encuentro no dispuso del balón.

Eso mismo también se dio al inicio del envite, con un Osasuna que salió más mandón, pero siempre en un partido de tú a tú, eso sí, muy influido por el estado del césped, con constantes imprecisiones y apenas llegadas con claridad. Un envite plano en cuanto a ocasiones, marcado por el temor a perder el esférico -luego se demostraría esencial tal circunstancia- y henchido de centrocampismo horizontal sin la profundidad necesaria para hacer daño.

No obstante, esa posesión no se tradujo en oportunidades y estas, por llamarlas de alguna manera, tuvieron que venir de disparos desde fuera del área sin concreción sobre la puerta de Bono. Solo un chut al muñeco de Nino en el 32 tras revolverse dentro del área pudo alterar un marcador que, diez minutos más tarde, se movería tras la jugada clave del partido.

El grave error de Raoul Loé -es costumbre que el camerunés alterne fallos con aciertos- en una zona delicada trajo consigo un 0-1 que serviría para que el Zaragoza encadenase su cuarta victoria consecutiva y Osasuna acabase con su buena trayectoria y se alejase todavía más de los puestos de play-off.

El varapalo poco antes del descanso no impidió que los anfitriones, con más coraje que calidad, intentasen, al menos, la igualada. El Zaragoza se resguardó en sus cuarteles de invierno -aún y todo dispuso del mejor lance para finiquitar el choque en la cabeza de Borja- y las incorporaciones ofensivas que sumó Urban al maltrecho césped impulsaron a un equipo que, no obstante, no encontró vías para torpedear el navío blanquillo.

Únicamente un testarazo mal dirigido de Nino en el minuto 69 tras gran centro de Cedrick pudo equilibrar la contienda, pero ayer Osasuna estaba demasiado espeso para el revolcón. La entrada con calzador de algunos futbolistas y el cambio de posición de otros -Merino en el enganche- no dio resultado.

Tres expulsiones, dos de ellas en el túnel de vestuarios

Osasuna no solo perdió los tres puntos y se quedó muy alejado del play-off -ahora a diez puntos-, sino que también el encuentro le pasó una seria factura en forma de expulsiones. De las tres que decretó Sánchez Martínez, dos de ellas se produjeron en el túnel de vestuarios.

Kibu Vicuña, que ejercía de primer entrenador con Jan Urban en las cabinas de prensa, fue expulsado por realizar apreciaciones a uno de los líneas, tal y como aseguró el técnico navarro, cuando se dirigía a vestuarios en el descanso. «No me gusta hablar de los árbitros, pero los colegiados españoles son los más inaccesibles». Ya a la finalización del encuentro, vio la roja Sisinio, supuestamente por aplaudir la actuación del trencilla murciano. A ello hay que sumar las dos amarillas de Nekounam y la quinta tarjeta a Nino, todos ellos bajas para el encuentro frente a la Llagostera de este sábado.

Ello obligará, como ocurrió en la segunda parte frente al Zaragoza, que el entrenador de porteros, Richard Sanzol, sea quien se siente en el banquillo osasunista en esta próxima jornada. Vicuña, por su parte, reconoció que los suyos no habían llegado «con claridad» en un encuentro equilibrado, «con pocas ocasiones y que se iba a decidir por detalles», como así ocurrió.

El preparador del Zaragoza, Ranko Popovic, se mostró eufórico por la victoria y lejos de arreglar la polémica por sus declaraciones tras suspenderse el encuentro en primera instancia, calificó de «maleducado» al responsable de jardineros de El Sadar y aseguró que, «si me preparan una pala, estoy dispuesto a ayudar». N.M.

El Zaragoza gana en Iruñea una década después

Hasta ayer, El Sadar era un campo maldito para el Zaragoza, que había visto durante toda una década cómo le era imposible conseguir un triunfo en el estadio rojillo. La última vez que lo obtuvo fue en diciembre de 2003, gracias a un gol de David Villa. Además, como jugador, el actual técnico osasunista, Jan Urban, nunca había perdido contra los maños.