DECLARACIÓN FINAL DE LA CONFERENCIA: «PARÍS POR LA PAZ EN EL PAÍS VASCO»
Después de más de 50 años de violencia y dolor, el último conflicto armado en Europa occidental ha entrado en fase de resolución.
El anuncio de cese de su actividad armada hecho por ETA después de la Conferencia Internacional de Aiete (San Sebastian, País Vasco) del 17 de octubre de 2011 creó un contexto político sin precedentes en el País Vasco.
Son ya más de tres años desde que, a iniciativa de esa conferencia, seis líderes internacionales, Kofi Annan, exsecretario general de la ONU; Pierre Joxe, exministro francés del Interior y de Defensa; Gerry Adams, líder del Sinn Féin, Gro Harlem Brundtland, ex primera ministra noruega; Bertie Ahern, ex primer ministro irlandés; y Jonathan Powell, ex jefe de gabinete del primer ministro británico Tony Blair, presentaron una «hoja de ruta» de cinco puntos para resolver y superar el conflicto.
La sociedad vasca, en su diversidad, ha expresado de forma masiva y en repetidas ocasiones su apoyo a los esfuerzos por la paz. La sociedad civil, representada a través de la Declaración del Grupo de Diálogo en el País Vasco de Francia por todas las formaciones políticas de todas las tendencias, ha multiplicado las iniciativas para animar a quienes trabajan por la paz a que creen las condiciones para una solución definitiva del conflicto.
El Grupo de Contacto Internacional, cuyo mandato es promover y facilitar las acciones que lleven a la resolución del conflicto y fomentar el diálogo y las negociaciones multipartitas, y la Comisión Internacional de Verificación del alto el fuego –que ha declarado que el grupo armado ETA continúa sellando y dejando fuera de uso sus armamentos– son los garantes de las importantes posibilidades de éxito del proceso de paz.
Aunque los esfuerzos por crear condiciones para la paz reflejen una fuerte determinación por parte de amplios sectores de la sociedad vasca y se unan a los cada vez más numerosos apoyos en la escena internacional, cabe señalar que no pueden ser unilaterales y que la paz llegará necesariamente del compromiso de los gobiernos de Francia y de España por buscar una solución al conflicto.
Desde el corazón de París, desde la Asamblea Nacional, lugar que encarna la legitimidad democrática y el compromiso con los valores y principios universales, como el respeto a los derechos humanos y la promoción de la paz, nosotros y nosotras, firmantes de este manifiesto:
-Hacemos un llamamiento a la organización ETA para que lleve su proceso de desarme hasta el final. Nos unimos a los esfuerzos de la comunidad internacional para que los gobiernos francés y español se impliquen en este proceso y pedimos que se establezca un espacio adecuado que garantice que dicho desarme se lleve a cabo de manera coordinada y controlada.
-Pedimos que, en el marco de un proceso de liberación que se llevaría a cabo en un plazo razonable, se vele por el interés de las familias y se ponga fin a la dispersión de los presos y presas vascas, a través de medidas como la unificación familiar y el reagrupamiento; y que se respeten los derechos fundamentales, otorgando beneficios penitenciarios a los reclusos a los que correspondan legalmente y que los gravemente enfermos sean liberados.
-Pedimos que, dado que no hay conflicto que no haya causado sufrimiento, se tomen medidas importantes para promover la reconciliación y reconocer, compensar y asistir a todas las víctimas.
-Instamos a los gobiernos francés y español a que se involucren de manera real en la resolución del conflicto en el País Vasco, en nombre de los intereses de las diversas naciones afectadas y de la acción necesaria para la promoción de la paz.
Alentados por el deseo de ayudar a resolver el conflicto en el País Vasco, y animados por el espíritu constructivo de la Conferencia Internacional de Aiete, declaramos tal día como hoy París capital de la esperanza para todos los que en el País Vasco y más allá trabajan por la paz.
PARÍS,
11 de junio de 2015