Los modelitos de las políticas me la fuman

Pongamos que, en un pie de foto, a un redactor se le ocurriera ilustrar lo que se ve en la imagen con el siguiente texto: «A Rajoy le asomaban indiscretamente los pelillos del pecho con el modelo que eligió para asistir a la Ópera». Difícil, pero no imposible. Ahí va otro: «El look de Pedro Sánchez recordaba al de un funcionario de correos de los años 40». ¿Extraño, no es cierto? Ambas citas son versiones de lindezas escritas en medios de comunicación «serios» respecto al escote de nada menos que la jefa de la cosa Europea Angela Merkel en la Ópera de Oslo y el modelo que llevó la alcaldesa de Madrid Manuela Carmena en la Pascua Militar.

Continúo. De Miquel Iceta se podría decir que la camisa que llevaba en el pleno de investidura del Parlament le hacía papada, de Artur Mas que a ver si creía ir de picnic, por su corbata a cuadros Vichy... ¿son tonterías? Por supuesto que sí, tanto como que Inés Arrimadas llevase una chaqueta amarilla («Vistosa», destacaba un medio) o Anna Gabriel una camiseta del Ejército Zapatista (¿en este caso tendría hasta más sentido? Lo dudo, lo suyo es que se hiciera referencia a su intervención como portavoz).

Y más. Pongamos que yo escribiese sobre el columnista de “Abc” Antonio Burgos: «¿Por qué ese enclenque calvorota y españolazo, ora del Partido Popular, ora del Ciudadanos, ha de ser tan feo?». Menudos argumentos más estúpidos, me dirían. Bien, es solo una versión de los insultos antiestéticos que Burgos dirigió contra las políticas de la CUP y de Bildu. El machismo es ciertamente muy, pero muy, de estúpidos.