La factura de 23.465 millones que ha pasado al Gobierno español el nuevo director de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, parece amenazar la viabilidad del Estado. La prima de riesgo se dispara día tras día y ha superado la línea roja que supuso el rescate de economías como la portuguesa o la irlandesa. Mientras, la Bolsa juega con Bankia como si fuera una marioneta, lo que ha obligado a Mariano Rajoy a someterse a las preguntas de los periodistas del Estado por primera vez desde que es presidente.

Rajoy ha asegurado que la crisis de Bankia no ha tenido nada que ver con que la prima de riesgo tocara los 515 puntos, pero debe de ser el único que mantiene esa tesis.

Rajoy ha elaborado un discurso en torno a tres conceptos: «déficit», «Europa» y «quiebra». El presidente español insiste en que cumplirá con los objetivos de «déficit» que le han impuesto sus socios europeos. Eso se traduce en que los 23.465 millones tendrán que salir de alguna partida presupuestaria. El traumático recorte de 10.000 millones en Sanidad y Educación hace que la perspectiva de un nuevo tijeretazo más de dos veces mayor despierte las alarmas en la ciudadanía, que exige saber de dónde saldrá el dinero.

Rajoy ha apelado a «Europa» de forma clara y urgente. No ha dicho qué es lo que quiere exactamente, descartando en primer término un rescate europeo de los bancos españoles, pero ha señalado que el Estado ya no puede hacer mucho más. El líder del PP ha comenzado a lanzar el mensaje de que el Estado español no puede seguir colocando su deuda por el cauce habitual, ya que los intereses son demasiado altos y el Estado ni crece ni va a crecer si no cambia el marco macroeconómico.

Ha intentado transmitir un mensaje tranquilizador sobre la nacionalización y ha asegurado que, cuando reflote Bankia, lo venderá y recuperará el dinero.