El debate interno realizado por Euskal Preso Politikoen Kolektiboa (EPPK) había deparado ya noticias como la declaración presentada en Gernika hace dos semanas y, anteriormente, la designación de un equipo de interlocución formado por seis encarcelados. Ahora se ha dado a conocer también la formación de una representación integrada por catorce presos, que junto a los seis anteriores formarán la dirección de EPPK, según publica hoy GARA.
En esta dirección aparecen miembros del Colectivo encarcelados en los dos estados, a partes iguales. La mayoría son muy conocidos. Algunos llevan muchos años en prisión, como Antton López Ruiz, y otros han entrado en los últimos años. Aparecen condenados por militancia en ETA junto a personas encarceladas por actividades exclusivamente políticas, como Ana Lizarralde. Otros como Jon Salaberria y Unai Fano tuvieron una conocida labor política pública antes de entrar en prisión. Casi todos están encarcelados a unos mil kilómetros, de Puerto y Algeciras a Rennes o Fleury.
Junto a ello, el Colectivo hace pública una nota en la que destaca que con su declaración de Gernika se ha situado políticamente en el panorama general y remarca su disposición a «dar pasos y tomar nuevas iniciativas en lo sucesivo, en la perspectiva de nuevas condiciones».
En este punto, reitera de nuevo la necesidad de levantar las medidas de excepción, acometiendo por ejemplo la repatriación de los presos políticos vascos. «No hay duda de que estos pasos que son imprescindibles traerán las nuevas condiciones políticas para desarrollar esos nuevos pasos e iniciativas citados», confirma EPPK.
Repasa además de modo somero las reacciones a esa declaración fruto del debate interno. Estima comprensibles las críticas de quienes «no tienen más objetivo que destrozar a los presos vascos», pero llama la atención sobre la acusación de «victimismo» que le ha dirigido el PNV. «Su dirección debería tomar en cuenta que tiene responsabilidades directas en la criminal política carcelaria. Su servilismo económico, político e ideológico solo conduce a la debacle española», añade.