La legalización de Sortu abre paso a un nuevo proceso creador sin parangón. En Euskal Herria no hay precedentes cercanos de construcción de un partido de esta dimensión, capaz de contar con miles de afiliados y de movilizar a muchas decenas de miles de votantes. Desde la izquierda abertzale se asume por ello que será un proceso con notable impacto social. Un impacto que se quiere potenciar además con un amplio debate que definirá su línea política, organizativa e incluso comunicativa.
La izquierda abertzale no ha esperado al Constitucional para prepararlo todo. Un día después de recibir luz verde en la máxima instancia judicial española, los promotores de Sortu ya daban algún apunte de sus intenciones, como la mención a la figura de los sortzailes, que serán quienes participen en este debate interno.
GARA publica que ha tenido acceso a los criterios en que la izquierda abertzale basará este proceso de fundación inédito, y que genera por tanto numerosos interrogantes ciudadanos cuando solo han pasado cuatro días desde la legalización. Estas son algunas preguntas y respuestas:
Aunque el debate se acaba de poner en marcha, la izquierda abertzale garantiza ya que Sortu en ningún caso será «un partido clásico o convencional». Entre otras cosas, apuntan, porque recogerá en su seno a una unidad popular amplia y plural, en la que confluyan diferentes sectores ciudadanos. El lanzamiento a través de un proceso de debate social desde la base también le da esa marcada configuración popular.
En paralelo, Sortu anuncia que pondrá en marcha «nuevos modos de organización y de trabajo». Es novedosa igualmente su apuesta por asumir una «nueva cultura política» que esté basada en «la colaboración». Se deriva de la apuesta por la suma de fuerzas que la izquierda abertzale hizo en «Zutik Euskal Herria» y que ha desarrollado desde entonces pese a su ilegalidad, con una sucesión de éxitos electorales como fruto palpable.
Las dos prioridades marcadas desde su inicio son el doble impulso a la construcción nacional y la transformación social, además de contribuir a la resolución del conflicto. El objetivo, «crear un Estado vasco independiente, socialista y euskaldun en Europa, construido sobre los valores del feminismo». En este punto se vuelve a poner énfasis en que «la única garantía» para conseguirlo pasa por articular mayorías sociales, sindicales, políticas e institucionales.
En tres: «lucha ideológica», «lucha de masas» y «lucha institucional». Sortu tiene claro que la clave para avanzar hacia sus objetivos es «la confrontación democrática», y que esto vale tanto para la resolución del conflicto como para la construcción nacional y para la transformación social.
Entrando ya en aspectos prácticos, el debate fundacional no se basará en una ponencia al uso, creada de antemano, sino que se articulará de forma más abierta, a través de las denominadas «fichas». Su difusión ya ha comenzado y se extenderá con rapidez. En las fichas se recogen las ideas principales originales, pero de modo que cada persona interesada pueda aportar sus propuestas al respecto y se complete así entre toda la militancia.
El calendario cerrado tras conocerse la legalización prevé que el debate constituyente se cierre en torno a finales del mes de octubre. En ese caso, el I. Congreso de Sortu tendría lugar en el mes de noviembre.
No obstante, se asume también que un eventual adelanto de las elecciones al Parlamento de Gasteiz -quién sabe si incluso en el de Nafarroa tras la crisis de gobierno- retrasaría estas fechas obligadamente al introducir otra prioridad. En ese caso, se prevé que el I. Congreso tenga que posponerse hasta finales de febrero aproximadamente.