La última de las mesas redondas en la que han participado representantes de los partidos que estuvieron en Aiete han incidido en el bloqueo que mantienen los dos Estados y en el seguidismo que París hace a la política de Madrid.
Todos han convenido en que el conflicto vasco concierne también al Estado francés aunque este pretende presentarlo como un «problema de España».
Entre los elementos clave para hacer avanzar el proceso han subrayado la necesidad de concienciar y explicar a la sociedad y en dar una salida urgente al tema de los presos, en particular mediante el acercamiento y la puesta en libertad de los presos enfermos y los que pueden acceder a la condicional como paso inmediato.
También han considerado como extremadamente importante que el Gobierno francés escuche la demanda de colectividad territorial específica para Ipar Euskal Herria, un proyecto en torno al que se ha logrado un consenso nunca antes alcanzado.
Declaración
Al final del debate y en nombre de todos participantes de Iparralde Kotte Ezenarro, vicepresidente del Consejo General de Pirineos Atlánticos (PS) y Jean-René Etchegaray, concejal centrista de Baiona han leído una declaración conjunta.
En ella, reiteran su compromiso en favor del proceso de paz y reafirman su adhesión a los cuatro puntos de la Declaración de Aiete. Dado que el primero fue respondido positivamente por ETA, estiman que es muy importante avanzar, «en particular en los aspectos ligados a las consecuencias del conflicto».
Por ello, declaran su disposición a hacer efectivo el cuarto punto y a abordar con los agentes políticos participantes en Aiete «un diálogo sobre las cuestiones que pueden favorecer el avance del proceso de paz».
Entre los elementos que están en el centro de debate señalan la «necesidad del diálogo entre los gobiernos español y francés y ETA sobre la cuestión del desarme y las consecuencias del conflicto». Asimismo, apuntan a la necesidad de «reconocimiento de todas las víctimas», «los problemas que acarrea la aplicación de procedimientos jurídicos como la euroorden» y la situación de los presos y exiliados.
La Declaración finaliza con la afirmación de la necesidad de un «diálogo a escala del conjunto de Euskal Herria que debería contar con la ayuda de los mediadores internacionales».