El cuerpo sin vida de Xabier López Peña, que falleció el sábado tras sufrir un derrame cerebral en el Hospital Pitié Salpêtrière, fue trasladado ayer al Instituto de Medicina Legal (IML) de París, donde le practicarán una serie de análisis complementarios. Los facultativos de este instituto trabajarán en la investigación abierta tras la muerte del preso vasco, que hasta hace veinte días se encontraba encerrado en el penal de Fleury.
En cuanto al papel que debe desempeñar la Policía francesa en el procedimiento abierto para certificar las circunstancias de la muerte de López Peña, las agencias destacaron ayer que por el momento se desconoce incluso quién se hará cargo de la citada investigación. Según explicaron, la Policía Judicial de París y la Prefectura de la Policía no han aportado dato alguno, ya que aseguran no estar habilitadas para ello.
Este silencio incluye también a los responsables del hospital parisino en el que estuvo ingresado López Peña, que se escudan en la confidencialidad médica para no dar detalles exactos sobre la muerte del preso vasco.
A este respecto, cabe recordar que el sábado Etxerat ya denunció la actitud de los encargados del centro sanitario, a los que acusó de haber «silenciado» en todo momento su estado, e incluido, durante cerca de doce horas, su fallecimiento.
Algo similar intenta hacer El Eliseo. La agencia Efe explicó que la presidencia de la República francesa no va a emitir una reacción oficial sobre la muerte del preso, pese a que el eco mediático ha sido importante tanto en Madrid como en París. Falleció cuando se encontraba bajo custodia de las autoridades galas, pero estas no muestran intención alguna de ofrecer una explicación.
En sintonía con la actitud de las autoridades francesas, el Gobierno español, que el 20 de mayo de 2008 celebró sonoramente la detención de López Peña calificándola de la persona más importante de ETA, también ha preferido esta vez refugiarse en un absoluto mutismo.
Dentro de Euskal Herria el silencio se ha apoderado igualmente de los ejecutivos autonómicos, ya que ni el lehendakari, Iñigo Urkullu (PNV), ni la presidenta del Gobierno de Nafarroa, Yolanda Barcina (UPN), han hecho mención alguna a lo acontecido en París.