En sendos comunicados, Aralar y LAB han denunciado las consecuencias medioambientales que traerá consigo la nueva planta de coque de Petronor, inaugurada este miércoles, al tiempo que ponen en duda que vaya a ser una fuente de creación de empleo.
Aralar ha criticado que la inauguración de la planta «viene a corroborar la sucesión de imposiciones que se han venido reiterando desde que el Ejecutivo autonómico concediera la autorización ambiental para la citada instalación en noviembre de 2008».
En un comunicado, ha recordado que, ya entonces, el presidente de Petronor y exdirigente del PNV, Josu Jon Imaz, «vinculó la planta de coque a la 'viabilidad futura' de Petronor», algo que Aralar ha considerado «toda una declaración de intenciones de los poderes económicos frente al movimiento vecinal y ecologista que ha desarrollado la defensa de la salud y el medio ambiente».
Aralar ha acusado a los mandatarios de la petrolera de haber hecho «oídos sordos» a las demandas de «una parte de la ciudadanía que ha pretendido ejercer su derecho a tomar la palabra en relación a la planta de coque».
En este sentido, ha denunciado la «deriva impositiva» de los responsables de Petronor que «les ha llevado a anunciar que recurrirán el fallo» por el que el Juzgado de lo Contencioso-Administrativo de Bilbo anuló las licencias de obra y actividad de la planta, lo cual, a juicio de la formación, «significa que la instalación, en la que se han invertido 853 millones de euros, ni siquiera se debía haber construido».
Además, ha censurado que Petronor haya preparado la inauguración de la planta de coque «hasta el último detalle, extremando las medidas de seguridad que incluyen dar fiesta a numerosos operarios y restringir el acceso en vehículo propio al resto, así como acometer un considerable lavado de cara de la instalación».
Visita de Felipe de Borbón
En dicho acto ha estado presente Felipe de Borbón, cuya invitación, en opinión de Aralar, supone «el último capítulo de esta imposición». «Por encima de ausencias anunciadas de representantes de la administración autonómica, refleja perfectamente la manera de cerrar negocios por parte de las grandes corporaciones, que anteponen sus intereses por encima de cualquier otra consideración», ha criticado.
La formación también ha asegurado que, «frente a las promesas de puestos de trabajo ligadas al desarrollo de la nueva planta», Petronor «ha venido utilizando amenazas contra los trabajadores». «El año pasado la refinería estuvo parada por la falta de márgenes en el precio de los combustibles, y en ese contexto Petronor anunció su intención de aplicar un ERE», ha afirmado.
«Este proyecto responde a los intereses económicos de las grandes corporaciones y, lejos de crear empleo y responder a un modelo de desarrollo que ofrezca respuesta a los intereses comarcales, obedece, desde la imposición, al mantenimiento de un sistema económico injusto y agresivo con el medio ambiente», ha concluido.
«Contaminación y precariedad»
Por su parte, LAB ha denunciado que la Unidad de Reducción de Fueloil (URF) que Petronor ha inaugurado este miércoles en Muskiz ofrecerá «precariedad y contaminación en lugar de empleo», y que supondrá «un nuevo castigo en nombre de la riqueza y el progreso».
El sindicato abertzale ha criticado que las administraciones de PNV y PSE-EE «han recorrido una oscuro camino» desde que se tuvo conocimiento de las intenciones de la compañía de crear dicha planta, y ha denunciado que «el modo de conseguir los permisos necesarios ha sido bastante sospechoso».
Asimismo, ha censurado que Petronor afirme que la planta de coque sea «totalmente necesaria para el futuro del entorno» en el que se encuentra, «chantajeando y difundiendo el miedo y ofreciendo contaminación en lugar de empleo».
«Esta planta de coque va a dañar aún más la fauna y la flora de la Margen Izquierda, incrementando el efecto invernadero, y los residuos tóxicos que acabarán en el río Barbadun y en la playa de La Arena. Si lo que había hasta ahora no era suficiente, a partir de ahora el vaivén de camiones aumentará de manera considerable. Además, se incrementarán los hidrocarburos, creará más casos de cáncer, y dificultará la respiración de los ciudadanos y de los trabajadores de la planta», ha advertido.
De esta manera, LAB ha censurado que, «en lugar de proteger la vida y la salud de toda la sociedad», los promotores de la iniciativa y las administraciones autonómicas «han utilizado las sucias campañas de marketing que tan bien manejan para engañar a los ciudadanos». «Una vez más, han priorizado la riqueza de unos pocos, de los de siempre, por encima del medio ambiente y de la salud de los ciudadanos y de los trabajadores», ha concluido.