Un año después de que una pelota lanzada por un ertzaina matase a Iñigo Cabacas, más de un millar de personas ha participado en la marcha que ha sido acompañada por la Policía Municipal y sin presencia de la Ertzaintza.
En la manifestación que ha unido la sede del Gobierno de Lakua en Bilbo con el Palacio de Justicia, los congregados han portado carteles alusivos a las últimas declaraciones de los responsables policiales del Gobierno de Urkullu, en los que se podía leer en euskara «no fue un accidente». El director de la Ertzaintza, Gervasio Gabirondo, primero, y la consejera de Seguridad, Estefanía Beltrán de Heredia, después, han afirmado que la muerte de Cabacas fue «un accidente».
El padre de Iñigo Cabacas, Manuel, se ha mostrado «decepcionado» por esas palabras y ha afirmado que tiene «muy pocas esperanzas» en lo que pueda hacer Lakua para esclarecer el caso.
En el mismo sentido la madre de Iñigo Cabacas, Fina Liceranzu, ha afirmado que ve que «no puedo contar con ellos» para esclarecer lo sucedido y se ha preguntado «quién fue el ertzaina que decidió quitarle la vida a mi hijo? ¿Decidió por sí mismo o por que Ares se lo mandó?».
La muerte de Iñigo Cabacas lo está siendo investigada por un juzgado de Bilbo, sin que por el momento haya imputados, ni conclusiones sobre lo que sucedió.