Covite (acrónimo de Colectivo de Víctimas del Terrorismo del País Vasco) ha desarrollado una intensa campaña en los últimos días para condicionar la asistencia a la conferencia internacional «Construyendo la Paz desde el ámbito local» que organiza el Ayuntamiento de Donostia entre el jueves y el viernes. Así lo ha podido confirmar GARA de fuentes de la propia organización, que reconoce haber remitido aproximadamente 80 misivas a los diferentes agentes que figuran entre los participantes.
En ellas, se les insta a que «no contribuyan a promocionar a quienes quieren que las nuevas generaciones tilden de soñadores y de libertadores a terroristas sanguinarios». Según la asociación ultra que preside Consuelo Ordoñez, que es quien firma el escrito, el objetivo «no es forzar que gente que había anunciado su presencia se caiga», sino «una toma de contacto para trasladarles nuestra opinión». Paradójicamente, ni siquiera han llegado a ponerse en contacto con el Ayuntamiento, tal y como confimaron fuentes del propio Consistorio.
«Tanto el alcalde Izagirre como la izquierda abertzale buscan legitimar una visión sesgada de la realidad utilizando la reputación de los asistentes a foros como el que tendrá lugar en San Sebastián la próxima semana. La izquierda abertzale, representada entre otros por los promotores de la Conferencia Internacional a la que usted acudirá, busca blanquear la historia de ETA utilizándole a usted como correa de transmisión».
Así explica la carta de Covite su rechazo a la iniacitiva. Desde la semana pasada hasta ayer mismo, cuando todavía estaban enviando misivas, la asociación se ha dirigido a participantes confirmados como Carlos Villán y otros miembros de la Asociación Española para el Derecho Internacional de los Derechos Humanos (AEDIDH), instituciones como Majors for Peace, la Berghof Foundation o el UE Peace Program y alcaldes de municipios como Belfast, Suchitoto (El Salvador) o Boise (EEUU).
Paralelamente a la campaña, que Covite ha desarrollado en solitario, desde ámbitos unionistas se ha puesto énfasis en las ausencias. Sin embargo, la conferencia no es un acto destinado a partidos y agentes ni se consensuará un texto final como en el Foro Social. El objetivo es, básicamente, recapitular experiencias de otros lugares del mundo que puedan servir para avanzar. Así, aunque el acto es abierto, difícilmente campañas como esta van a suponer un boicot efectivo a la cita.
Maniobras de Madrid frente al Observatorio de Aiete
«Hemos percibido una censura encubierta en ciertos circulos gubernamentales por haber aceptado la invitacion del Ayuntamiento de San Sebastián a establecer hace un año la sede del Observatorio Internacional del Derecho Humano a la Paz en Aiete».
Carlos Villán, presidente de la Asociación Española para el Derecho Internacional de los Derechos Humanos, revela así las maniobras desarrolladas por el Gobierno español desde que que se instaló el observatorio en el palacio donostiarra.
Según indica, el Ejecutivo ha mostrado su malestar en ambientes del Consejo de Derechos Humanos en Ginebra, así como en algunas cancillerías europeas, «dando a entender que la AEDIDH esta vinculada con Bildu».
«Cuando nos vemos obligados a denunciar en Ginebra violaciones de derechos humanos que ocurren en España, el Gobierno debiera reaccionar con un talante mas democratico y atajar tales violaciones, en vez de tratar de descalificar inútilmente a la AEDIDH poniendo en entredicho su honorabilidad», asegura.
Villán también responde públicamente a la carta de Covite, reivindicando la «campaña internacional para que se codifique en la ONU el derecho de toda persona, de todo pueblo y de la Humanidad a la paz» y reiterando su disposición a estar en la conferencia, así como al diálogo con todas las asociaciones.