Si la pasada semana una ola arrancó de cuajo parte de la barandilla del puente del Kursaal de Donostia, lo que llegó en la madrugada del domingo hizo que eso quedara en una mera anécdota. El mar engullió a parte del litoral vasco e hizo que los muros de puertos, malecones y muelles cayeran como si fueran un trozo de mantequilla sobre la playa.
Espectacularidad es lo que ha dejado el temporal, con olas de hasta trece metros que han roto con poderío contra nuestra costa.
Sin embargo, lo que para algunos ha sido una oportunidad para disfrutar de la fotografía, para otros se ha convertido en una pesadilla, al ver cómo la fuerza del mar causabe importantes daños materiales en negocios, locales o diferentes propiedades.
Tras el temporal, hoy es día para hacer balance de lo que ha dejado esta alerta, de la que muchos aseguran no recordar haber vivido uno de tal magnitud.
En Donostia, el Ayuntamiento celebra a primera hora de la mañana un pleno extraordinario para evaluar los daños y a las 09.30 ha convocado a los vecinos afectados para que den cuenta de los destrozos.
La calle 31 de Agosto, situada en la Parte Vieja, sigue todavía cerrada, al igual que el Paseo Salamanca, el Paseo Nuevo o el puente del Kursaal, que se espera se reabra después de que los técnicos del Consistorio comprueben su estado.