«Es más importante lo cualitativo que lo estrictamente cuantitativo». Es lo que respondió el portavoz del Gobierno de Lakua, Josu Erkoreka, al director de la edición autonómica de un periódico, que con sus preguntas trataba de menospreciar el inicio del desarme anunciado el viernes por la Comisión Internacional de Verificación.
Josu Erkoreka le explicó que más allá de la cantidad de armas puestas fuera de uso, o de si se llevaron o no en una caja de cartón, lo importante es el hecho de que ETA ha decidido iniciar el desarme de una forma unilateral e incondicional, como ha verificado lasCIV.
El portavoz del Ejecutivo autonómico señaló que lo que hace importante este paso, lo que «justifica adoptar un criterio diferente» sobre otros anteriores, es que «hasta ahora ETA proponía una relación bilateral con los estados español y francés y subordinaba su desarme a eso». Sin embargo, con lo dado a conocer el viernes, «hemos pasado a que ETA asume un desarme unilateral, incondicional y que debe acabar en un escenario de desarme total». Reiteró que «el Gobierno pone el acento en ese cambio cualitativo, más que en cuántas armas» se pusieron fuera de uso operativo.
En todo caso, Erkoreka aclaró que el deseo del Ejecutivo es que ETA procediera a su desarme total «en pocos días» y también que reconociera «el daño injusto causado, como paso previo a su disolución definitiva». Y en ese contexto afirmó que la CIV estaría dispuesta a esa rápida verificación, añadiendo que «si no hay desarme, no será por la Comisión».
De hecho, este punto ya lo había aclarado la propia Comisión de Verificación, al asegurar que las condiciones de clandestinidad y riesgo constante en el que se mueven las partes, incluida la citación judicial del pasado domingo, hace «extremadamente difícil, si no imposible, ayudar para asegurar que ETA lleve a cabo la intención que nos expresó, de que están dispuestos a poner fuera de uso operativo, de forma unilateral, la totalidad de sus armas, municiones y explosivos en los próximos tiempos». Es decir, como se leía en la nota del lunes, no son ETA ni la CIV los obstáculos para que el desarme vaya más rápido.
En este sentido, el parlamentario de EH Bildu, Julen Arzuaga, pidió al portavoz del Ejecutivo que «tenga al menos el mismo nivel de exigencia sobre Madrid que sobre ETA». Criticó el desequilibrio del discurso de Erkoreka, ya que «pide y pide más pasos a quien ya se está moviendo, pero se queda mudo ante Rajoy cuando es él el que sigue anclado en el inmovilismo».
«Actuación judicial inédita»
En la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno, Erkoreka defendió tanto el trabajo de los verificadores como la decisión de Iñigo Urkullu de acudir a Madrid a mostrarles su apoyo antes y después de que declararan en la Audiencia Nacional. Aclaró que hubo una «actuación judicial inédita» y, por tanto, «la participación del lehendakari tiene también un carácter de excepcionalidad vinculado a una situación sin parangón en ninguna otra parte».
Erkoreka añadió que «el lehendakari considera que los verificadores realizan una labor positiva y constructiva, que transmiten honestidad, y ha trasladado esa convicción personal a todos los interlocutores con los que se ha comunicado en los últimos días y semanas, también al presidente del Gobierno español». De esta forma zanjaba el portavoz la cuestión de que Urkullu hubiera adelantado a Mariano Rajoy por SMS la declaración que realizó el viernes de apoyo a la CIV.
Pese a las noticias difundidas en sentido contrario, el portavoz aclaró que al Gobierno de Lakua le «consta que los miembros de la CIV están dispuestos a seguir trabajando con la misma intensidad y el mismo compromiso que hasta ahora. Hay garantía suficiente de su disposición».
Por otra parte, afirmó que el Ejecutivo de Urkullu «exige a ETA que lleve hasta el final los compromisos adquiridos». Y añadió que, por el momento, «lo decisivo del desarme es que las armas quedan fuera de uso operativo. Contamos con la confirmación de los verificadores de que armas han sido selladas y quedan fuera de uso operativo».
PP y UPyD, contra Urkullu
El portavoz del PP de la CAV, Borja Sémper, calificó e «error» el respaldo mostrado por el lehendakari, Iñigo Urkullu, a la Comisión Internacional de Verificación y espera que «rectifique» porque entiende que «su sitio está con el interés general del Estado, de los vascos, que es junto al PP y PSE».
Según Borja Sémper, Urkullu «comprometió» la figura de la institución que representa por presión de la izquierda abertzale e intereses del PNV.
A su entender, «el lehendakari no tiene que ir de madrugada a Madrid a sacarse una foto intempestiva a la puerta de un hotel, sino que lo que debe hacer es ir de la mano, al menos del PP y PSE, en la gestión de este momento tan importante».
El parlamentario de UPyD, Gorka Maneiro, -que ya el lunes exigió la dimisión del lehendakari, porque «ha ayudado a humillar a las víctimas del terrorismo»- lamentó ayer que que Urkullu fuera «raudo y veloz a Madrid para avalar el circo mediático y la farsa auspiciada por ETA». Además, calificó de «tontos útiles» a otros partidos como el PSE.
Powell se entrevistará con partidos e instituciones
El que fuera jefe de Gabinete de Tony Blair, Jonathan Powell, tiene previsto mantener hoy contactos con representantes de diferentes sectores vascos para evaluar la situación en la que se encuentra en estos momentos el proceso de paz. Como avanzó ayer GARA, pese a que el encuentro en Aiete, al que iban a asistir también el líder del Sinn Fèin, Gerry Adams, y el exprimer ministro de Irlanda Bertie Ahern entre otros, ha sido pospuesto por sus organizadores, Powell, que mantiene un importante papel en la búsqueda de soluciones, había decidido mantener su visita para poder realizar diversas reuniones.
El portavoz del Gobierno de Lakua, Josu Erkoreka, respondió ayer en rueda de prensa que desconocía si Jonathan Powell iba a acudir hoy a Euskal Herria, pero aseguró que en caso de que lo haga tendrá una entrevista con el lehendakari, Iñigo Urkullu.
Agentes políticos e institucionales vascos e internacionales buscan nuevas vías para potenciar el proceso de paz y normalización, ante la evidencia de que el Gobierno español no solo no ayuda, sino que pone cuantas trabas le son posibles. GARA