«Cuidado con lo que deseas, que puede hacerse realidad». Eso le ha ocurrido a Covite. El pasado jueves pidió el cese del asesor para atención a las víctimas del Gobierno de Lakua, Txema Urkijo, al que acusó de haber ocultado una carta remitida por el preso Kepa Pikabea -de la «vía Nanclares»- a un guardia civil. Pero Covite ya había pedido su cese también en junio de 2012 y después se había posicionado contra el propio secretario general de Paz y Convivencia, Jonan Fernández, siempre sin ningún éxito.
Pero esta vez se han juntado el hambre con las ganas de comer, así que aprovechando que la denuncia de Covite lo había puesto en la picota, el lehendakari decidió ayer cesar a Txema Urkijo. Las relaciones del asesor con el resto del equipo de Paz y Convivencia no eran buenas y este episodio ha precipitado los acontecimientos.
Urkijo ha sido en ocasiones crítico con determinadas actitudes de Covite pero era, sin duda, quien más próximo podía estar a este colectivo en la Secretaría de Paz y Convivencia.
«Diferencias constatadas»
En una nota remitida a primera hora de la tarde de ayer, Lehendakaritza daba cuenta del cese y explicaba que «las razones de esta decisión están basadas en la metodología de trabajo común que ha de caracterizar al conjunto de la Secretaría General de Paz y Convivencia y las diferencias observadas en su interpretación y ejecución hasta la fecha constatadas». Como se ve, no hay mención alguna al episodio de la carta retenida.
Según algunas fuentes, este mismo martes las diferencias de criterio entre Jonan Fernández y Txema Urkijo se hicieron patentes durante la reunión del Consejo de Participación de Víctimas del Terrorismo, donde el asesor rectificó y contradijo varias veces al secretario general de Paz y Convivencia.
Urkijo: «Incompatibilidad»
El propio Txema Urkijo explicó ayer a Efe que ha existido «un problema larvado» de «incompatibilidad» entre él y su jefe directo, Jonan Fernández. Admitió que esto generaba problemas de funcionamiento y que la destitución no le sorprendía.
Negó que el motivo fuera la denuncia de Covite, aunque reconoce que la petición del colectivo «ha enturbiado la resolución final del proceso».
Urkijo adquirió notoriedad pública en los 90 como miembro de Gesto por la Paz y en 2002 comenzó a trabajar en el área de Derechos Humanos del Gobierno de Ibarretxe, siendo consejero Joseba Azkarraga. Tras dimitir, volvió como asesor a la Dirección de Víctimas de Interior, cartera de Javier Balza. Allí trabajó codo con codo con Maixabel Lasa, tándem que continuó con el Gobierno de Patxi López. Urkijo ha sido un activo defensor de la «vía Nanclares» y ha estado en contacto con los presos acogidos a ella.
Urkullu lo mantuvo como asesor a las órdenes de Jonan Fernández, pero -como reconoce Lehendakaritza y el propio cesado- las diferencias han sido notables.
La carta
El pasado jueves Covite denunció que Txema Urkijo había retenido una carta del preso Kepa Pikabea a un guardia civil víctima de un atentado. Según su versión, cuando este último le visitó en la cárcel la pasada semana, le preguntó por qué no había contestado a su carta y el preso le explicó que había entregado su respuesta a Txema Urkijo.
Al hacerse pública la acusación Urkijo adujo que los hechos se remontaban a hace año y medio y que no entregó la carta porque a su entender no se daban las condiciones de discreción que le había marcado el propio preso.
Pronto se vio que nadie de Lehendakaritza salía a defender a su todavía asesor. El martes, en la rueda de prensa tras el Consejo de Gobierno, Josu Erkoreka aseguró que el lehendakari le había pedido explicaciones y que todavía estaban en esa fase.
El cese llegó ayer con el agradecimiento al trabajo desarrollado durante once años.
PSE y PP criticaron al Ejecutivo por la decisión adoptada y lamentaron lo que consideran una pérdida para las víctimas y un escoramiento de la posición del Gobierno hacia «el relato» de Jonan Fernández.
Madrid plantará su «Memorial del Terrorismo» en Gasteiz
El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, anunció ayer haber acordado con el alcalde de Gasteiz, Javier Maroto, que el Centro Memorial para las Víctimas del Terrorismo se ubique en la capital alavesa. Fernández Díaz pretende que se ponga en marcha en esta legislatura.
El proyecto está recogido en el artículo 57 de la Ley 29/2011, de 22 de septiembre, de Reconocimiento y Protección Integral a las Víctimas del Terrorismo, que señala que el Gobierno constituirá un Centro Nacional para la Memoria de las Víctimas del Terrorismo, cuya sede fija en la CAV, que tendrá como objetivo «preservar y difundir los valores democráticos y éticos que encarnan las víctimas del terrorismo, construir la memoria colectiva de las víctimas y concienciar al conjunto de la población para la defensa de la libertad y de los derechos humanos y contra el terrorismo».
El Gobierno de Lakua hizo público un comunicado en el que «valora positivamente» la decisión y anuncia su «colaboración y participación». Sin embargo, hasta el momento y desde que Iñigo Urkullu llegó a Lehendakaritza, desde el Ministerio de Interior se han desoído todas las peticiones de coordinar su puesta en marcha. De hecho, tras conocer el Plan de Paz y Convivencia, el Gobierno español quiso dejar muy claro que la dirección del Memorial le correspondía a él.
El alcalde de Gasteiz, Javier Maroto, anunció que próximamente ofrecerá la ubicación exacta del centro para que pueda abrir las puertas en un año. GARA