«La violencia y el caos que han llevado a tantas muertes y heridos sin sentido es inaceptable. Llamamos a ambas partes a trabajar juntas para restablecer la calma, la ley y el orden, y pedimos a las autoridades ucranianas que investiguen lo sucedido y lleven a los responsables ante la Justicia», ha indicado en un comunicado la portavoz adjunta del Departamento de Estado, Marie Harf.
«Los sucesos en Odessa subrayan la necesidad de rebajar de manera inmediata la tensión en Ucrania. La violencia y los esfuerzos por desestabilizar el país deben terminar. Llamamos de nuevo a la inmediata aplicación de los acuerdos de Ginebra», ha añadido.
Los jefes de la diplomacia de EE.UU., Rusia, la Unión Europea (UE) y Ucrania sellaron un acuerdo el 17 de abril en el que convinieron disolver las milicias irregulares prorrusas que se han sublevado contra el Gobierno ucraniano a cambio de promesas de amnistía y más autonomía para las regiones rusohablantes del este de Ucrania.
Sin embargo, EE.UU., Ucrania y la UE consideran que Rusia no está dando pasos para cumplir el acuerdo por lo que han decidido incrementar la presión sobre el Kremlin con nuevas sanciones.
Precisamente hoy, el presidente de EE.UU., Barack Obama, y la canciller alemana, Angela Merkel, escenificaron en Washington su unidad respecto a la crisis ucraniana y lanzaron una amenaza conjunta a Rusia de golpear a sectores enteros de su economía si pone en peligro la celebración de las elecciones del 25 de mayo en Ucrania.