Alberto PRADILLA

Un calendario apretado para rechazar la sucesión

Frente a la «sucesión exprés» pactada entre Moncloa, Zarzuela, PP y PSOE, diversos sectores políticos del Estado español reivindican el referéndum ante el cambio de Borbones, así como el fin de la monarquía. Está previsto que se celebren marchas de protesta el sábado, el día 11 y la jornada de proclamación de Felipe VI.

La inesperada abdicación de Juan Carlos de Borbón provocó que las primeras reacciones fuesen improvisadas y a contrapié. Y resultaron un éxito. Pese a haber sido convocadas ese mismo día, miles de personas en todo el Estado salieron a la calle para rechazar la operación de recambio monárquico y reivindicar tener voz y voto sobre el modelo de Estado. Las movilizaciones se mantendrán durante las próximas jornadas hasta el día en el que Felipe VI sea nombrado rey. Al mismo tiempo, la reclamación de referéndum llegará al Congreso a través de una enmienda de La Izquierda Plural durante el debate sobre la Ley de Abdicación que tendrá lugar el día 11 (Uxue Barkos, de Geroa Bai, también presentará una iniciativa en este sentido). Además, la coalición que lidera Cayo Lara tiene prevista una ronda de contactos con diferentes grupos políticos, sindicales y sociales, así como la presentación de mociones en ayuntamientos, según indica Fran Pérez, dirigente de IU y miembro de la Junta Republicana.

Precisamente, esta plataforma, que agrupa a más de 50 organizaciones desde su fundación en 2012, es una de las convocantes de la marcha prevista para este sábado en Madrid. Saldrá a las 19.00 horas y conectará Cibeles con Sol. Existen matices a la hora de valorar el contexto actual entre diversos actores, aunque todos confluirán en la manifestación. Si existe un punto en común es el rechazo a una institución que refleja la «crisis institucional», la reivindicación de la democracia frente al intento del Estado de desarrollar una operación de maquillaje de espaldas a la ciudadanía y la demanda de un proceso constituyente. «Hay que tomar la calle. Los partidos del sistema quiere hacer todo en 15 días, imponiendo la sucesión por la puerta de atrás», señala Pérez. En la misma línea, Luis Alegre, portavoz de Podemos, insistía en que «el debate está ahora entre democracia y un pacto entre élites». La formación recién creada también ha difundido las convocatorias a través de sus redes.

La reivindicación de un referéndum es una de las consignas que se han escuchado en las protestas. Otros colectivos, como el 25S, convocante del «Rodea el Congreso», abogan por la «abolición» de la monarquía. Ellos también estarán el sábado. Además, está previsto que otra movilización llegue hasta la Cámara Baja el 11 de junio, cuando se discuta la Ley de Abdicación presentada ayer por el Consejo de Ministros. Un tercer bote, también en la carrera de San Jerónimo, se convocaría para el día en el que Felipe VI sea coronado. En el Congreso ya se están preparando. De hecho, las verjas que durante varios meses blindaron la carrera de San Jerónimo han vuelto a aparecer, aunque con discreción. Un ejemplo de que el Estado teme que dos jornadas concebidas desde el aplauso monárquico terminen simbolizando el rechazo social a su régimen.

Sol pierde asistentes, pero comienza a organizarse en comisiones contra el rey

La movilización del lunes abarrotó la puerta del Sol, en Madrid, donde no cabía un alfiler tras el anuncio de abdicación de Juan Carlos de Borbón. Ayer, sin embargo, la asistencia se redujo considerablemente. Alrededor de 500 personas tomaron parte en una asamblea convocada la víspera, en una discusión que se había alargado hasta la madrugada, y que pretendía sentar las bases para las protestas prevista de cara a las próximas dos semanas. En principio se conformaron al menos tres comisiones (una de comunicación, otra de movilizaciones y otra de referéndum) que desarrollarán su trabajo en los próximos días. La consulta era el principal asunto debatido. Mientras que algunos de los asistentes defendían la organización de una pregunta popular similar a otras que se han desarrollado en Madrid, como la que interrogó sobre la privatización del Canal de Isabel II (que surte de agua la capital del Estado), otros consideraban que pedir un referéndum significaba, en última instancia, legitimar el régimen monárquico. También hubo protestas en otros puntos del Estado e incluso en lugares como Argentina. En Buenos Aires, la Federación de Asociaciones Gallegas realizó una concentración frente a la Embajada española que instaba a la celebración de un referéndum por la III República.