Era el 22 de diciembre de 2011, al término del último Consejo de Administración de Tabakalera de aquel año, cuando Kutxa anunciaba ante los medios de comunicación que entraba a formar parte de este proyecto cultural, haciéndose cargo del 23% del coste total de las obras para remodelar el edificio que acogerá el Centro Internacional de Cultura Contemporánea (CICC), en el barrio donostiarra de Egia. El presidente de la caja guipuzcoana, Xabier Iturbe, anunciaba también que Kutxa sería inquilino, al ocupar en su interior un espacio de unos 6.000 m2 para desarrollar ahí parte de las actividades culturales de Fundación Kutxa.
Dos años y medio después, hoy es el día en que únicamente ha aportado los 1.095.000 millones de euros, los correspondientes al año 2012, tal y como ha constatado GARA. Según la misma información a la que ha tenido acceso este diario, dicha aportación se realizó en dos pagos. La primera, de 595.000 euros, se efectuó el 29 de agosto del 2012; la segunda, el 13 de febrero de 2013. Es decir, ambas operaciones se hicieron más tarde de lo prometido.
Acompañado por los representantes de los patronos de Tabakalera -el diputado general, Martin Garitano; el alcalde de Donostia, Juan Karlos Izagirre y la entonces consejera de Cultura, Blanca Urgell-, Iturbe aseguró que en cuatro años se aportaría el 23% del coste total y definitivo de la obra. En concreto, el 1 de abril de 2012 debía ingresar los citados 1.095.000 millones de euros; en 2013, 1.645.000; en 2014, 2.740.000; y en 2015 y 2016, dos partidas de 4.110.000 euros cada una.
Un total de 13.700.000 euros de los que, por el momento, Kutxa solo ha ingresado un 8%. La realidad, por lo tanto, dista mucho de la idílica situación que dibujó Urgell cuando la caja entró en escena. La consejera habló entonces de «sueño» de las instituciones hecho realidad.
Si se cumplen las promesas más recientes de Iturbe, se prevé que próximamente -en una carta a la que ha tenido acceso GARA habla de hacerlo a partir del 20 de junio- se hará efectiva la mitad de la aportación correspondiente al año 2014, es decir, 1.370.000 millones de euros sobre 2.740.000. La otra mitad, Kutxa Fundazioa se ha comprometido a materializarla antes del 31 de octubre de este año.
En lo que respecta a la partida de 2013 (1.645.000 millones de euros), y aprovechando que el Patronato de Tabakalera ha decidido reducir un 10% el presupuesto global, Iturbe ha propuesto lo siguiente: « Que de la minoración de costes prevista (...) se aplique íntegramente a descontar de la aportación que Kutxa Fundazioa debería realizar en ese ejercicio de 2013. Y si así se hace, la diferencia aún pendiente a nuestra contribución se distribuya entre los ejercicios de 2015 y 2016, sumada a las cantidades que corresponde a abonar en esos años». La propuesta, sin embargo, no ha sido aceptada.
4 millones en créditos
La demora en los pagos ha sido demasiado larga para Tabakalera. Es en este punto donde la situación alcanza su punto más kafkiano, ya que para poder hacer frente a las certificaciones de obra, y a falta de las aportaciones de Kutxa, Tabakalera ha tenido que pedir préstamos a varias entidades, entre ellas la propia Kutxabank. Gracias a los intereses, el banco sale beneficiado en esta situación.
El 3 de marzo, y con una duración de seis meses, hasta el 3 de setiembre, el CICC ha formalizado crédito con cinco entidades bancarias: Laboral Kutxa, Caixabank, Banco Sabadell Guipuzcoano, Caja Rural de Navarra y Kutxabank.
Las entidades financieras concedieron sendos créditos de 800.000 euros. El préstamo global asciende a 4 millones de euros.
Hasta el 30 de junio, es decir hasta mañana lunes, los créditos devengan diariamente un interés nominal anual de 4,24%. Posteriormente, el tipo de interés indicado se modificará trimestralmente.
Las mismas fuentes indican que la necesidad crediticia era inevitable, puesto que las aportaciones de las instituciones y Fundación Kutxa son inferiores a los costes de las obras. No obstante, la demora ha obligado a aumentar la cantidad solicitada y, con ello, el importe total de los intereses.
Conversaciones internas
El incumplimiento de los compromisos financieros de Kutxa ha despertado la preocupación en Tabakalera, desde donde han preguntado a los responsables de la caja, por escrito, acerca de sus intenciones.
En una carta remitida a Iturbe el 26 de diciembre, el centro cultural pidió a Kutxa que hiciera efectivas sus partidas y que, en caso de no poder asumirlas, acudiera a Kutxabank, a lo que se negó el presidente de la caja guipuzcoana. «Queremos manifestarles que a Kutxabank no le es exigible, ni estatutaria ni contractualmente, el cumplimiento de obligación alguna en relación con el Proyecto Tabakalera».
No obstante, en la modificación del contrato de integración de las tres cajas en Kutxabank, la cláusula 1.3 recoge que «al menos el 30%» del resultado anual del banco recién constituido se aplicará a las obras sociales de cada caja, y añade que durante los tres primeros años de funcionamiento de Kutxabank el mencionado importe no será «en ningún caso» inferior a su gasto anual recurrente, más los programas de inversiones ya comprometidos por las mismas.
El caso es que, al margen de cláusulas, a día de hoy Tabakalera sigue esperando lo anunciado a bombo y platillo para hacer realidad lo que Iturbe calificó aquel 22 de diciembre de «proyecto estratégico en el mundo de la cultura guipuzcoana».
Una declaración institucional sin apoyos
El pasado 29 de noviembre el grupo municipal de Bildu llevó al Pleno celebrado en el Ayuntamiento de Donostia una declaración institucional para solicitar a Kutxa que cumpliera con los diferentes compromisos que tiene acordados con el consistorio y con la ciudad. Entre ellos, el proyecto de Tabakalera.
La formación que gobierna la capital recordó que no se puede pasar por alto un convenio que ya arrastró problemas el año anterior, y defendió que el proyecto no puede ser amenazado «por no abonar las importantes cantidades» que debe Kutxa. pero la declaración institucional no salió adelante por falta de apoyos. O.L.