En una alocución ante unos 250 representantes del empresariado catalán en los almuerzos informativos de la Cámara de Comercio de Barcelona, Mas ha asegurado que convocará la consulta de forma legal y que, en caso de que no se pudiera celebrar el 9N por suspensión del Tribunal Constitucional español, se actuará «en consenso» con las fuerzas soberanistas para determinar los próximos pasos.
Mas no ha dado más pistas sobre escenarios de futuro si se suspende la consulta del 9 de noviembre, pero ha remarcado que él y su gobierno son «los principales interesados» en «hacer bien» el proceso hacia la consulta y «sin hacer el ridículo», de manera, ha dicho, que a «efectos internacionales se considere un proceso serio».
En esta línea, el president ha incidido en que la discusión sobre la legalidad de la consulta es «superflua», porque la convocatoria se hará, ha dicho, de acuerdo con una ley aprobada por el Parlament –la de consultas– y «en vigor».
Por tanto, ha proseguido, solo es necesaria una «mínima voluntad política» por parte del Gobierno español para no recurrir al Constitucional la convocatoria del 9N o la ley de consultas que aprobará en unas semanas el Parlament.
El líder de CiU ha reprochado al Gobierno de Mariano Rajoy que no tenga «ni una sola iniciativa más allá de decir ‘no’ a todo» ante los planteamientos de Catalunya.
Sin embargo, Mas se ha comprometido a mantener el diálogo con el Estado «antes y después» del 9 de noviembre: «Tener este mandato –de la consulta– no quiere decir que haya una actitud de pasotismo o indiferencia respecto al diálogo», ha incidido.
«La libertad tiene un precio»
Por otro lado, Mas ha asegurado que el proceso soberanista no ha tenido por ahora repercusiones en el ámbito económico, aunque ha advertido al empresariado de que «la libertad tiene un precio».
«Los que quieren libertad han de saber que la libertad tiene un precio y que no tenerla también, y quizás más alto», ha dicho el president.
Mas ha manifestado que la inseguridad jurídica puede llegar a tener un mayor impacto económico que procesos políticos como el que está protagonizando el Govern.
Mas ha afirmado que «hasta ahora» este proceso no ha interferido en la actividad económica y empresarial, pero ha reconocido que puede llegar a repercutir: «Pensar que un proceso de estas características se hace de rositas no es posible», ha dicho.
Artur Mas ha comentado que este mes de setiembre el Govern estará «muy pendiente» del referéndum de independencia de Escocia, que será un «precedente muy importante» para Catalunya.
Si gana el sí, ha explicado, «no habrá ni un solo miembro» de la Unión Europea que discuta el resultado del referéndum y las instituciones europeas «no tardarán muchos días» en enfocar la negociación para ver cómo encaja el proceso escocés en la propia dinámica de la UE.
«Caso Pujol»
El jefe del Govern ha asegurado asimismo que que el ‘caso Pujol’ no le afectará «políticamente» ni a él ni al Ejecutivo.
Sí admite que personalmente la confesión de Pujol de que tuvo cuentas en el extranjero sin regularizar ha tenido consecuencias: «Estoy triste, y es normal que lo esté si soy una persona con un mínimo de sensibilidad», afirmación que el público ha ovacionado.
Además, considera «poco serio» que los partidos de la oposición fuercen la apertura de una comisión de investigación en el Parlament cuando Pujol ya había mostrado su predisposición a comparecer en la cámara en setiembre.
También ha lanzado una petición a los grupos que votarán a favor de crear la comisión: «Que lo investiguen todo; todo significa todo».