La independencia de Catalunya y la posterior construcción de un nuevo estado en el sur de Europa son posibilidades factibles a día de hoy. Retos enormes que plantean numerosas preguntas y cuyas respuestas resultan indispensables para plantear un debate sereno. Así lo piensan los impulsores de El Clauer, entre los que se encuentra el periodista Francesc-Marc Álvaro.

¿Qué es El Clauer y de dónde nace una iniciativa así?

El Clauer aparece del hecho comprobado de que el proceso soberanista genera muchas dudas y muchos interrogantes. En vez de ir cada uno por su lado y hacer pequeños escritos o argumentarios sectoriales, decidimos que era más interesante trabajar juntos y responder a las preguntas mancomunadamente.

En esta búsqueda de respuestas, ¿han podido comprobar científicamente que una Catalunya independiente no vagará en el espacio por los siglos de los siglos, como dijo Margallo?

Eso seguro que no. El Clauer no nace de la nada; lo que hace es sintetizar y ordenar trabajos y reflexiones previas realizadas por entidades, académicos y expertos. A partir de aquí, constatamos que Catalunya es una nación que puede tener una estatalidad como cualquier otra nación de Europa y del mundo.

Más allá de barbaridades espaciales, el discurso del miedo existe y puede hacer mella en algunos ámbitos. ¿Cómo se combate?

Pues justamente con El Clauer. Siempre hemos pensado que frente al miedo y la amenaza de cierto unionimo, desde el soberanismo tenemos que trabajar con la verdad y la razón, evitando los excesos de propaganda. Lejos del panfleto, El Clauer quiere ser una herramienta de trabajo, de apelación al intelecto y al criterio de la gente. Siempre decimos que no tenemos todas las respuestas, pero que estamos abiertos a todas las preguntas.

¿Cree que existe en la sociedad un grado suficiente de información seria y contrastada para afrontar un debate sereno entre los favorables y los contrarios a la independencia?

Diría que, en la situación en la que estamos, hay propaganda por ambos lados y es normal. Pero también quiero decir, aunque yo mismo sea parte implicada y por tanto no neutral, que el mundo soberanista hace el intento de objetivar los datos e intenta ser razonable y racional. A mí me habría gustado que el unionismo hubiese planteado una iniciativa como El Clauer, pero lo único que nos llegan son panfletos de la FAES y argumentarios del Ministerio, que son lo mismo.

Como botón de muestra, dos preguntas que se responden en el libro. Sobre Europa: ¿alguien puede asegurar que una Catalunya independiente quedaría dentro o fuera de la UE?

Lo más honesto es decir que, como lo que queremos hacer en Catalunya no ha pasado nunca en Europa, pues no hay respuesta. Tan exagerado es decir que entraremos automáticamente como que quedaremos expulsados para siempre. Yo creo que es razonable decir que si Catalunya accede a la estatalidad se producirá una dinámica negociadora con más o menos obstáculos, que nos lleva a pensar que Catalunya puede estar dentro de la UE porque, como territorio, cumple con todo lo que pide para ser miembro.

Y la última, que no es menor teniendo en cuenta que se trata del «ejército desarmado» de Catalunya, según Montalbán, es: ¿qué pasará con el Barça?

Dice el tópico que, en la moral colectiva catalana, el Barça influye, aunque hay gente que es del Espanyol y de otros equipos. En cualquier caso, yo creo que al Barça, como equipo global que es, cualquier liga del mundo lo querría. No le veo ningún problema en este sentido.

Estamos a pocos días de otra Diada, que se prevé histórica, y a las puertas de un otoño cuanto menos caliente. ¿Alguna clave para ir interpretando los acontecimientos?

Lo que pueda pasar no lo sabe nadie, pero está claro que el 9 de noviembre acaba un rollo de película y empieza otro. Entraremos en una nueva fase en las que los actores políticos y la sociedad tendrán que interactuar para tomar decisiones importantes. Para mí, hay dos claves: mantener la unidad de los partidos de la consulta y encontrar el momento exacto de intentar superar la legalidad española, porque si Madrid sigue igual, habrá que hacerlo.