@GARA_iiriondo
Gasteiz

Un «santo» con más millones evadidos que el mismo Jordi Pujol

Emprendedor adelantado a su tiempo, comprometido con el desarrollo español, gran mecenas, espíritu vitalista que fortaleció la imagen de España, «descubridor» de América Latina, modelo para el sector bancario... todas esas y otras muchas alabanzas se escucharon ayer tras la muerte por un infarto de Emilio Botín. Altos cargos institucionales, políticos, empresarios, directivos de medios de comunicación se deshicieron en halagos ante una figura a la que bastantes de ellos debían mucho (literalmente hablando).

Emilio Botín. (Shaun CURRY/AFP)
Emilio Botín. (Shaun CURRY/AFP)

Las opiniones son más o menos libres y las loas casi obligadas ante el cuerpo presente, pero ante la práctica canonización del banquero busquemos un dato y hagamos una comparación: En 2010 la Fiscalía Anticorrupción presentó una denuncia contra Emilio Botín, su hermano Jaime y los hijos de cada uno de ellos, por estimar que tenían en Suiza una fortuna heredada sin declarar de 2.000 millones de euros. Tuvieron que pagar 200 millones de euros a Hacienda. De la familia de Jordi Pujol se dice que puede tener en Andorra unos 500 millones, aunque quizá sean menos porque la regularización ha sido hasta el momento de 3,5 millones. Comparen los calificativos que ha acumulado ambas familias evasoras en los últimos días.

Control del poder

La denuncia contra Emilio Botín y su familia fue archivada al considerar la propia Hacienda que la deuda estaba saldada con el pago de 200 millones de euros. La buena fortuna de Emilio Botín y los suyos ante los tribunales ha sido otra de las características de su vida.  

En 1996 la juez Teresa Palacios imputó a Botín y a tres de sus directivos por fraude fiscal y falsedad documental. Solo se sentó en el banquillo para escuchar las cuestiones previas. La Audiencia Nacional primero y el Tribunal Supremo después, crearon ad hoc para él la llamada «Doctrina Botín», por la que no hay juicio si únicamente acusa una acusación popular, sin acompañamiento de la Fiscalía o una acusación particular. El Supremo tuvo luego que corregirse para juzgar y condenar a Atutxa, Knörr y Bilbao por el caso del Parlamento y Sozialista Abertzaleak.

El Banco de Santander ha tenido que pagar varias multas millonarias por infracciones, pero eso solo es dinero y le sobra. Pero nunca han tocado ni a Emilio Botín ni a sus directivos. Su vicepresidente segundo, Alfredo Sáez, condenado a tres meses de arresto y suspensión de actividad de banquero por un delito de falsa acusación, fue indultado por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, permitiéndole a cambio de una multa de 6.000 euros, poder seguir en la dirección cobrando 12,7 millones de euros al año.

La buena relación con el poder de Emilio Botín ha sido otra de sus características, sin que estuviera claro quién mandaba en quien. Prácticamente la mitad de su consejo de administración está formado por ex ministros y ex secretarios de Estado de gobiernos de UCD, PSOE y PP. Además, el Santander controla a buena parte de los medios de comunicación, algunos directamente (es el tercer accionista del grupo Prisa, editor de “El País” y dueño de la Cadena Ser) y buena parte del resto a través de los ingresos de publicidad.

Dirección hereditaria

Emilio Botín recibió la presidencia del Banco de Santander de su padre y dejó todo atado para que, tras su fallecimiento, le sucediera su hija Ana Patricia. El consejo de administración cumplió ayer por unanimidad con su deseo. Resulta llamativo y un tanto estridente este carácter hereditario de la dirección de un banco, que parece traslucir un concepto muy anticuado del negocio, para una entidad que es considerada como una de las de vanguardia de la banca, con lo que ello significa en el capitalismo del SXXI.

También resulta contradictorio que la primicia en exclusiva mundial de la muerte de Emilio Botín la diera un diario digital cántabro, con una línea editorial de izquierda crítica. De madrugada, varias horas antes que nadie, “EnfoCant” tuiteaba: «Emilio Botín podría estar muerto. Fuentes cercanas informan del fallecimiento del banquero a causa de un infarto».