En una rueda de prensa ofrecida en Gasteiz, Mikel Otero y Azaitz Unanue, integrantes de Fracking Ez Araba, han establecido una relación directa entre las zonas afectadas y el número de firmas recabadas. En este sentido, han destacado que las firmas recogidas en Araba evidencian una «posición mayoritaria contraria al fracking».
Según han explicado, en este herrialde el movimiento antifrackig ha recabado más apoyos que los partidos más votados durante las elecciones europeas, forales, autonómicas y estatales. A ese respecto, han manifestado que en el 70% de los municipios alaveses el número de firmas supera al número de votos obtenidos por la fuerza política más votada en las elecciones europeas.
En alusión a Bizkaia y Gipuzkoa, han señalado que, en muchas localidades, el conocimiento del fracking era muy «escaso». «En el caso de Gipuzkoa, lo importante es que casi todas las firmas se han conseguido a partir de la mitad de la campaña, cuando empezamos a reforzar las charlas, y se pusieron en marcha nuevas plataformas en Debagoiena y la zona de Urola», ha relatado Unanue.
Objetivo cumplido
«Los objetivos que nos marcamos se han cumplido, y la ILP va a seguir adelante», ha manifestado Otero, que considera que la recogida de firmas ha servido para incrementar el rechazo social al uso de la fractura hidráulica. «Si los partidos recogen el testigo que se les acaba de lanzar podremos encontrar un mecanismo para blindar la CAV frente al fracking», ha añadido tras reconocer que el Tribunal Constitucional puede anular las leyes contra el fracking.
A su parecer, rechazar la ILP o «desfigurarla» supondrá «un desengaño importante» para las personas que han firmado a favor de la misma. «Y entendemos que, de cara a las próximas elecciones, puede ser un factor de peso. Sobre todo en aquellos lugares en los que más firmas se han recogido», ha señalado el portavoz de Fracking Ez Araba, que ha citado las dos opciones de Lakua: recurrir al TC para «lavarse las manos», o atender la propuesta ciudadana.