Joseba UGARTE

¿A quién temen los bombardeos en Siria e Irak?

Quien a estas alturas no se haya apercibido del distinto rasero que aplican los bombardeos estadounidenses y aliados contra el Estado Islámico (EI) en Irak o en Siria o no se entera de nada o, más probable, no quiere hacerlo

Y no es que los yihadistas del EI sean menos peligrosos a uno u otro lado de la frontera. La cuestión es política y atañe a las preferencias internacionales en torno al liderazgo del pueblo kurdo. En la asediada Kobane, son las fuerzas del YPG y de sus hermanas y hermanos del PKK las que resisten el embate yihadista milenarista del EI. Casualmente, la afilada puntería de los bombardeos falla una y otra vez o lleva días tomándose su tiempo. Todo apunta a una calculada estrategia de acompasamiento para debilitar tanto al EI como a los resistentes kurdos, considerados «terroristas» por Occidente. Un estrategia negociada seguramente con Turquía a cambio de que el Gobierno de Ankara se implique, y ceda su territorio, en la operación.

Por contra, la certera cobertura aérea de la ofensiva kurda en Irak está decantando la situación a favor de los kurdos y ha hecho perder la iniciativa al EI en todos los frentes, justo -casualidad- hasta la frontera con Siria. Y eso que los peshmergas kurdos cuentan con el inestimable apoyo sobre el terreno de los guerrilleros del PKK y del YPG, bregados durante decenios en la lucha frente a unos peshmergas que hace años dejaron de hacer honor a su apelativo («los que se enfrentan a la muerte») y se habían convertido en poco más que una barriguda policía de tráfico (tráfico de coches y de petróleo).

Con ello Estados Unidos y sus aliados tratan de apuntalar el poder de Massud Barzani, líder del Kurdistán iraquí, hábil -por no decir taimado- político que no duda en amenazar con la independencia de Kurdistán mientras negocia con tirios y troyanos (¿Les suena?).

Y, lo que es más importante, buscan debilitar la alternativa democrática e inclusiva de todas las minorías de Oriente Medio que plantean los kurdos de Siria y de Turquía, teorizada desde la isla prisión de Imrali por Abdulah Oçalan. Dime a quién temes y te diré cómo eres.