Mientras en la Audiencia Nacional española el juez Eloy Velasco comenzaba a tomar declaración a los detenidos en la «Operación Púnica», el Congreso era el escenario de un debate sobre el Consejo Europeo de la pasada semana que tal y como se preveía ha derivado en un cruce dialéctico sobre la corrupción de la clase política.
Ante la ofensiva inicial del líder del PSOE, el presidente Rajoy ha optado por el ataque como mejor defensa, aludiendo al denominado «caso de los ERE», que salpica a la Junta de Andalucía. «Usted no ha tomado ninguna medida», ha espetado Rajoy, recordando que no ha echado del partido a Manuel Chaves y José Antonio Griñán.
«¿Le ha dicho usted a los expresidentes del PSOE que se vayan? ¿Y en el caso de los ERE, no le deja Susana Díaz que tome medidas?», le ha preguntado.
«Yo al menos me disculpé, usted no se disculpó ni dio explicaciones. ¿Qué pasa? ¿Que no tiene por qué dar explicaciones y disculparse?», le ha reprochado.
En su réplica, Sánchez ha recalcado que Chaves y Griñán no están «ni siquiera imputados» y ha recordado a Rajoy que él se dedicaba a mandar «mensajitos» al extesorero Luis Bárcenas del PP «cuando estaba entrando en prisión».
El debate ha seguido por los mismos derroteros en la parte final de la sesión, cuando Rajoy ha asumido que los casos de corrupción son una «desgracia» y ha defendido que hay que tomar medidas para combatirlos. «Estoy dispuesto a escuchar todas las sugerencias que puedan ser útiles», ha manifestado.
Tanto el PSOE como el resto de formaciones de la oposición han reclamado a Rajoy que comparezca en un pleno monográfico sobre la corrupción. «Más que pedir perdón, usted debe una explicación sincera a las Cortes», ha reclamado por ejemplo el portavoz jeltzale Aitor Esteban.
Fuentes del Ejecutivo han descartado esta posibilidad porque Rajoy ya está haciendo «lo que tiene que hacer», que es apoyar a la Justicia, respetar la independencia judicial y legislar sobre el tema.