Más joven aún que Hassana, Ruslan (25 años), ha vivido una dura y compleja peripecia vital. Pertenece a la minoría yézide, perseguida en varios países y conocida ahora internacionalmente por haber sido objeto de un acoso implacable por parte del Estado Islámico, que ha masacrado a cientos de sus seguidores. Además, es kurdo, doblemente minorizado por tanto. Salió de su país con su mujer y dos hijos; el tercero nació en el Estado francés, donde pidió asilo político, negado por la OFPRA (Office Français de Protection des Réfugiés et Apatrides).
Acusado de pequeños delitos comunes por la Policía francesa, Avdoyan se encontraba en la cárcel de Baiona desde noviembre de 2013, y por tres veces había conseguido impedir su expulsión, al resistirse físicamente. La sección vasca de la organización CIMADE convocó a mediados de enero una concentración ante la subprefectura de Baiona para pedir la retirada de la orden de expulsión, pero esta ha sido finalmente ejecutada. Esposado y custodiado por gendarmes, fue subido a un avión en París el 14 de enero, según su hermano, testigo de los hechos.