El lehendakari, Iñigo Urkullu, rechaza la propuesta de Vía Vasca planteada por EH Bildu porque «denosta la democracia representativa» y pretende el «desmontaje» de las instituciones actuales para «llegar a algo que no aclaran».
El lehendakari se muestra muy crítico por la «ambigüedad calculada» en el planteamiento. Según afirma, aunque «pudiera parecer que hay un respeto al ámbito institucional» la propuesta es «una vía para que, bajo la excusa de procesos participativos, denostando la democracia representativa, se construyan plataformas alternativas para llegar a las instituciones» y, después, «proceder a su desmontaje para llegar a algo que no aclaran».
Sobre las próximas elecciones, preguntado concretamente por Gipuzkoa, Urkullu abre la puerta a que el PNV intente lograr el poder en la Diputación aunque no sea la lista más votada, al contrario de lo que hizo hace cuatro años: «Hemos vivido ya experiencias suficientes como para abogar a partir de mayo por la gobernabilidad de las instituciones», sostiene.
El lehendakari, que dice no identificarse como «casta», defiende la profundización en el autogobierno vasco a partir de las disposiciones actuales de la Constitución y el Estatuto, sin que sea necesaria una reforma constitucional.
Asimismo, insiste en exigir a ETA su disolución y considera que la «parálisis» en ese ámbito se debe a una «pugna por el liderazgo interno en ese mundo entre Sortu, ETA y el colectivo de presos».
Sobre el plan de desarme presentado por el Gobierno de Lakua, Urkullu manifiesta que «sigue esperando una respuesta del Comité Internacional de Verificación».