Pablo Gorostiaga abandonó la prisión de Herrera de la Mancha el pasado domingo. Ahora, después de recibir un caluroso recibimiento en Laudio, retoma su vida, pero no considera haber perdido los últimos ocho años que ha estado entre rejas. «No son años perdidos, son años de una lucha que estamos ganando», ha afirmado en una entrevista concedida a Info7 Irratia.
Ha recordado el tiempo pasado en prisión como un tiempo bueno, pese al fallecimiento de su esposa de quien no se pudo despedir. «Quiero dar las gracias a los compañeros que he tenido en la prisión. Me han dado la vida». De esta forma ha recordado con cariño a compañeros que «llevan más de dos décadas».
En este sentido, ha asegurado que es «difícil» dejarles allá, pero afirma que «están preparados para seguir y luchar frente a un Gobierno que cree que nos humilla». Así, cree que la política penitenciaria del Estado español no ha logrado su objetivo: «El enemigo pensaba derrotarnos. No han calculado bien a qué se enfrentaban», ha añadido. Entiende la dispersión como un «chantaje».
Del mismo modo, ha remarcado la importancia que tiene para el preso la solidaridad que se le hace llegar desde la calle: «La gente sabe que su trabajo no ha sido en vano y que tienen un pueblo con ellos».
Pese al proceso avanzado en Euskal Herria, ha lamentado el inmovilismo del Gobierno español. «Los acontecimientos de los últimos años han dado paso a una vía política y se puede observar en los resultados electorales». Así, en este camino, y coincidiendo hoy con el Día del Derecho a la Verdad, ha afirmado que todavía «hay un trabajo importante por hacer» en este sentido.