La portavoz de ACNUR en Italia, Carlotta Sami, ha asegurado la madrugada de este martes que tras interrogar a la mayoría de los 27 supervivientes llegados a última hora del lunes a territorio italiano «es posible decir que al menos 800 han muerto».
Los inmigrantes que sobrevivieron al naufragio llegaron a las 23.45 del lunes al puerto italiano de Catania (Sicilia, sur) en una nave de la Guardia Costera del país transalpino.
En total, el número de supervivientes asciende a 28 personas, si bien al puerto siciliano llegaron 27 ya que uno fue previamente trasladado de urgencia en helicóptero a un hospital de Sicilia debido a que presentaba una serie de complicaciones clínicas.
Según declaraciones de algunos supervivientes nada más llegar a Italia, en la embarcación viajaban entre 700 y 950 personas, y el inmigrante ingresado en el hospital, un bangladesí, dijo ante los magistrados italianos que había en torno a 50 menores y 200 mujeres.
La Guardia Costera italiana había informado de 28 supervivientes y 24 víctimas mortales cuyos cuerpos fueron recuperadas del agua y trasladados al puerto maltés de La Valletta.
Por otra parte, el capitán del barco siniestrado, un tunecino, y su ayudante sirio han sido detenidos y acusados de «homicidio múltiple, naufragio y de apoyar la inmigración ilegal» por dirigir el barco que se hundió frente a la costa de Malta.
El fiscal de Catania Giovanni Salvi dijo que ambos han sido reconocidos por los supervivientes que se encontraban a bordo del buque Gregoretti e incluso por el joven de Bangladesh hospitalizado en Catania, a los que se mostraron las fotografías.
El naufragio ocurrió la madrugada del domingo, cuando la Marina italiana, tras recibir una petición de auxilio, pidió a un mercante portugués que navegaba por la zona que acudiera a socorrer a la embarcación en apuros.
Según la primera reconstrucción de los hechos, los migrantes, al ver al mercante portugués, se colocaron a uno de los lados de la barcaza haciéndola volcar, lo que provocó el naufragio.
Este hecho ha provocado una gran conmoción en Italia y en la Unión Europea, y el presidente del Consejo Europeo ya ha convocado una reunión extraordinaria de los jefes de Estado y de Gobierno del continente para abordar esta situación.