Es difícil que se repita una evolución como la del todavía parlamentario del PP en Iruñea, Eloy Villanueva, que pasó de militar en su juventud en la izquierda abertzale a liderar la formación que dirige Mariano Rajoy. Del día a la noche para quien pasó de defender la ikurriña, la justicia social y la soberanía de Euskal Herria a ser un representante al servicio de las élites y de la rojigualda. En estos comicios no hay casos similares, pero sí que encontramos a antiguos cargos políticos que han cambiado de siglas. Curiosamente, son las formaciones emergentes, las que han hecho bandera de la «nueva política», las que han acogido en su seno a miembros de otros partidos. En las planchas de Podemos y Ciudadanos, solo en sus primeros puestos, aparecen antiguos candidatos de PSN, Batzarre, UPyD y CDN. Que la «renovación» llegue también con veteranos no parece una contradicción para los dos fenómenos políticos del Estado.

En Podemos son dos mujeres las que han dado el salto. La primera, la número 3 de la formación morada, Ainhoa Aznárez, que cuenta con experiencia en el Ayuntamiento de Iruñea, donde fue concejala por el PSN entre 2003 y 2007. Lo cierto es que Aznárez siempre fue una «rara avis» en el partido sucursal de Ferraz. Apoyó las tesis más progresistas, denunció los acuerdos de sus líderes con UPN, cuestionó los ataques contra el euskara y fue una de las adhesiones a plataformas por la resolución pacífica del conflicto como Ahotsak. Estas posiciones le condenaron quedar relegada en sus propias filas. Sin embargo, nunca anunció que dejaba el carné del PSOE hasta el momento en el que Laura Pérez, candidata de Podemos, le presentó como miembro de su lista a las primarias celebradas en marzo.

Otra mujer de Podemos, Tere Sáez, es una veterana conocida tanto en la política como en el tejido asociativo de Nafarroa. La coordinadora de Andrea y técnica de igualdad en el Ayuntamiento de Lizarra ha pasado por varios consistorios y ha formado parte de diversas listas en comicios previos. Se estrenó como edil de Batzarre en Burlata en 1983 y, tras varias legislaturas, dio el salto a Atarrabia de la mano de Euskal Herritarrok en 1999. La ruptura de Batzarre con la coalición abertzale la dejó fuera del grupo municipal para acabar la legislatura. La constitución de Nafarroa Bai entre Aralar, Eusko Alkartasuna, PNV, Batzarre e independientes también le abrió un hueco en las listas. fue la número dos al Senado en 2008, sin llegar a ser elegida. Batzarre, la formación de la que siempre ha sido parte, se alió con Izquierda Unida en 2011 dando lugar a Izquierda-Ezkerra pero ella ha terminado cuatro años después figurando como número cinco en la plancha de Podemos.

Ciudadanos es el otro fenómeno político-mediático que llega del Estado. Su cabeza de lista, Diego Paños, forma parte del éxodo reciente de militantes de UPyD hacia la formación que lidera Albert Rivera. El rechazo de Rosa Díez a suscribir un acuerdo ha terminado por vaciar la formación magenta. Según las encuestas, este abogado de 48 conocido también por llevar adelante la querella contra el despilfarro de la CAN promovida por UPyD podría conseguir con Ciudadanos lo que no logró con su antiguo partido: acceder a un escaño en el Parlamento foral.

Carlos Pérez-Nievas es el último de los veteranos que se engalanan ahora con el traje de la novedad. Abogado y de 48 años, en 1998 se afilió a Convergencia de Demócratas Navarros (CDN), el extinto partido liderado por el ex presidente foral, Juan Cruz Alli, al escindirse de UPN. Lideró la candidatura a la alcaldía de Tutera en 1999 y 2003, para después dar el salto al Parlamento. La legislatura de 2003 a 2007 ostentó el cargo de vicepresidente de la cámara. Tras los comicios de 2007 fue nombrado consejero de Educación gracias al pacto de gobierno entre UPN y CDN que mantuvo en el poder a Miguel Sanz (con la inestimable ayuda de la abstención de PSN). Duró dos años, ya que se rompió el acuerdo cuando el grupo de Alli dio el visto bueno a una modificación de la ley del euskara que UPN rechazaba. En 2011 CDN desapareció del Parlamento. En su evolución partidista, Pérez Nievas ha pasado de un partido «regionalista» y que defendía los fueros a una formación centralista que abogaría por suprimir las leyes fundamentales navarras para homogeneizar el Estado.

Son solo algunos ejemplos de que en la denominada «nueva política» también se hace un hueco a quien ha gestionado la cosa pública en el pasado. Solo la evolución de los acontecimientos desvelará si la nomenclatura era la única coincidencia entre dos modelos supuestamente diferentes o en realidad las coincidencias eran más de las que se aparentaban.